El bajo monto de las becas de las universidades públicas en el estado Táchira mermaron considerablemente el número de estudiantes que las solicitan, cuyo valor es insuficiente para cubrir los gastos de los universitarios.
Prensa del Táchira | Maryerlin Villanueva
El vicerrector de la Universidad de Los Andes en la región, Omar Pérez Díaz, detalló que hoy día el valor no supera los 60 bolívares o equivalente a 11 dólares, siendo un monto muy pequeño, por lo cual los jóvenes se niegan a pedirlas. «Ya la gente no está pidiendo becas, el comedor estudiantil tampoco funciona, siendo los mismos un complemento que permite a los estudiantes lidiar con el alto costo de vida en el país», expresó.
Pérez Díaz mencionó que las providencias estudiantiles se encuentran en cero en cuanto a presupuesto, por lo cual esta problemática debe ser atendida por parte del Gobierno nacional. «En la ULA nadie ha solicitado renovación debido a los montos insignificantes que representan, por lo cual se hace necesario que se apliquen políticas que mejoren las condiciones», manifestó. El vicerrector detalló que desde el año 2020 no existen peticiones en el núcleo de las becas por parte de ningún estudiante.
Sistema Patria
El rector de la Universidad Experimental del Táchira, Raúl Casanova, indicó que desde el año 2017 el Ministerio de Educación Superior asumió el pago de becas a través del sistema Patria, dejando al recinto sin el control de este tipo de providencia.
«Ni siquiera tenemos la posibilidad de seleccionar a los beneficiarios, pues esto lo realiza directamente el sistema», expresó.
Otras ayudas como las preparadurías desaparecieron, cuyos recursos permitían a los jóvenes poder costear sus gastos dentro de la casas de estudios. «Beneficios estudiantiles como pago de residencias, transporte y comedor desaparecieron de la institución, lo cual beneficiaba a miles de estudiantes, quienes se apoyaban con este dinero, incluyendo aquellos que provenían de otros estados», puntualizó.
Al tener que solicitar la beca mediante el sistema Patria, los jóvenes se niegan a recibirla. Este el caso de Luis Pastrán, estudiante de Medicina de la ULA, quien precisó que se niega a tener que inscribirse en esta plataforma para ser beneficiario.
«La cantidad que otorgan es insuficiente, por lo cual no podemos atenernos a esa beca que fue secuestrada por este sistema, cuyo monto es insignificante para cubrir los gastos», apuntó.
A su juicio, esta situación sólo representa una violación a los derechos de la comunidad estudiantil, quienes exigen que sea puesto un monto que pueda cubrir los gastos de transporte y alimentación.
Sin padrinos no hay subvenciones
El dirigente de Primero Justicia, Homero Ruiz, denunció que aquellos estudiantes que quieran optar a una beca de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho deben contar con «padrinos» en el gobierno para que puedan acceder al cupo, lo que sólo beneficiaría a una pequeña población estudiantil.
Ruiz señaló que este programa fue creado en la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez, el cual enviaba aquellos jóvenes con los mejores promedios a estudiar al exterior para cursar carreras afines a la industria petrolera, pues el país necesitaba profesionales en esta área. «Estas personas cuando regresaron al país trabajaron en Pdvsa y sus empresas filiales, donde pusieron todos sus conocimientos para convertir esta industria en una las principales productoras de petróleo, como fue considerada hasta finales de los años 90», dijo.
Mencionó que hoy día la formación académica no tiene que ser necesariamente relacionada al campo petrolero, pues los interesados estarían optando por carreras como Arte, Filosofía, entre otras.
Uno de los beneficiarios de estas becas es José Ruiz, quien es licenciado en Química Pura e Ingeniería Ambiental en la Universidad de Montana, en los años 80. Al regresar al país trabajó por más de tres años en la empresa Lagoven para «pagar» el compromiso asumido antes de estudiar en el exterior. Lamentó que dicho programa se haya sectorizado, pues afirmó que el desempeño del mismo no es igual al de hace 20 años.