El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció este martes por el Día Mundial del Refugiado la «valentía y resiliencia» de millones de refugiados, incluidos venezolanos, obligados a huir de la violencia y la opresión.
«Hoy, casi 110 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en todo el mundo, más refugiados que en cualquier otro momento de la historia. El asalto brutal e injusto de Rusia a Ucrania obligó a millones de personas a buscar seguridad en otros países a un ritmo no visto desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, hombres, mujeres y niños que han sido desplazados durante años —de Siria, Venezuela, Afganistán, Somalia, Sudán del Sur— tienen pocas esperanzas de encontrar una solución a su desplazamiento», reza parte del texto divulgado por La Casa Blanca.
«Pero la protección de los refugiados es un desafío transnacional compartido que requiere soluciones compartidas. Es por eso que estamos trabajando con socios regionales en nuestro propio hemisferio para brindar protección y apoyo para la estabilización e integración de quienes lo necesitan, en consonancia con la Declaración de Los Ángeles para la Migración y la Protección», acotó.
«Dar la bienvenida a los refugiados es parte de lo que somos como estadounidenses: nuestra nación fue fundada por quienes huían de la persecución religiosa. Cuando tomamos medidas para ayudar a los refugiados de todo el mundo y los incluimos, honramos este pasado y somos más fuertes gracias a él. Y juntos, creamos un futuro mejor y más esperanzador, uno que encarna nuestros valores más altos», concluye Biden en su declaración.
A CONTINUACIÓN EL COMUNICADO ÍNTEGRO
En el Día Mundial del Refugiado, nos unimos a las naciones de todo el mundo para honrar la valentía y la resiliencia de millones de refugiados obligados a huir de la violencia y la opresión. Juntos, mientras celebramos sus diversas contribuciones al tejido de nuestras comunidades, renovamos nuestro apoyo a los ciudadanos y las organizaciones que dan un paso al frente para brindarles atención crítica, servicios y asistencia.
Hoy, casi 110 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en todo el mundo, más refugiados que en cualquier otro momento de la historia. El asalto brutal e injusto de Rusia a Ucrania obligó a millones de personas a buscar seguridad en otros países a un ritmo no visto desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, hombres, mujeres y niños que han sido desplazados durante años —de Siria, Venezuela, Afganistán, Somalia, Sudán del Sur— tienen pocas esperanzas de encontrar una solución a su desplazamiento.
Es por eso que mi Administración ha trabajado arduamente para reconstruir el Programa de Admisión de Refugiados de EE.UU. planea dar la bienvenida a 125.000 refugiados el próximo año, un nivel no alcanzado en tres décadas. También hemos fortalecido el programa de reasentamiento de EE.UU., incluido el avance de las oportunidades para que los refugiados encuentren trabajo y contribuyan a nuestra economía. En enero, lanzamos Welcome Corps, un nuevo programa de patrocinio privado que permite a los estadounidenses desempeñar un papel de liderazgo en la bienvenida a los refugiados a medida que construyen una nueva vida en las comunidades de todo el país. Estados Unidos continúa siendo el mayor proveedor de asistencia humanitaria para refugiados en todo el mundo, que incluye atención médica, agua limpia y educación, en asociación con socios internacionales y no gubernamentales, para decenas de millones de refugiados y las comunidades que los acogen en todo el mundo.
Pero la protección de los refugiados es un desafío transnacional compartido que requiere soluciones compartidas. Es por eso que estamos trabajando con socios regionales en nuestro propio hemisferio para brindar protección y apoyo para la estabilización e integración de quienes lo necesitan, en consonancia con la Declaración de Los Ángeles para la Migración y la Protección. Estamos trabajando con el Banco Mundial y las Naciones Unidas para fortalecer la inclusión de los refugiados en todo el mundo, porque cuando se permite que los refugiados trabajen, contribuyen a la economía y fortalecen a las comunidades que los acogen.
Dar la bienvenida a los refugiados es parte de lo que somos como estadounidenses: nuestra nación fue fundada por quienes huían de la persecución religiosa. Cuando tomamos medidas para ayudar a los refugiados de todo el mundo y los incluimos, honramos este pasado y somos más fuertes gracias a él. Y juntos, creamos un futuro mejor y más esperanzador, uno que encarna nuestros valores más altos.
