El histórico desfile militar Trooping The Colour, que ha dejado su impronta en la identidad británica desde el siglo XVII, se ha celebrado en Londres como cada segundo fin de semana de junio. Este año, el acontecimiento presentaba un tinte especial, ya que era la primera vez que Carlos III asumía su papel de soberano durante los festejos tras la muerte de su madre, la reina Isabel II.
Como no podía ser de otra forma, se trata de un evento muy especial para el monarca. En calidad de coronel jefe de los siete regimientos de la Casa Real, desde su caballo ha saludado a 1.400 soldados y 400 músicos, en un acto que ha recordado a la última aparición ecuestre de la reina Isabel II en 1986. Esto es algo que ha sorprendido a la sociedad británica, ya que se pensaba que el monarca no iba a montar después de que varios soldados se desmayaran por el calor londinenses durante los ensayos.
El desfile comenzó en el Palacio de Buckingham a las diez de la mañana, recorriendo The Mall Avenue hasta llegar a Horse Guards Parade. En este lugar histórico, Carlos III recibió el saludo real y pasó revista a las tropas. A continuación, se unió a su familia para presenciar la salida del primer batallón de Guardias Galeses, antes de regresar a Buckingham para el emblemático desfile aéreo.
El rey estuvo acompañado por su esposa, la reina Camilla. Ella asumió el rol de coronel de la Guardia de Granaderos, cargo que ocupaba el príncipe Andrés hasta que se vio obligado a dimitir por los problemas del caso Epstein. Por su parte, el príncipe Guillermo estuvo como coronel de la Guardia Galesa, mientras que Kate Middleton asumió un nuevo papel como coronel de la Guardia Irlandesa, que antes pertenecía a su marido. Los tres hijos de la pareja, Jorge, Carlota y Luis, también acudieron.
Por otra parte, la princesa Ana desfiló como coronel de los Blues and Royals, y el duque de Kent fue coronel de los Scots Guards. También desfilaron los tenientes generales Sir Ed Smyth-Osbourne, como coronel de los Life Guards, y Sir James Bucknall, como coronel de los Coldstream Guards.
Pero no todo fue bonito. El acto también ha estado marcado por la ausencia del príncipe Harry y Meghan Markle. Esto ha vuelto a poner de manifiesto las tensiones familiares existentes, especialmente a raíz de la reciente serie documental de Netflix y la publicación de las polémicas memorias del duque de Sussex. Y es que esta ausencia marca un antes y un después, al ser la primera vez que Harry se pierde este tradicional evento.
