Como una “tortura innecesaria” califican los miles de usuarios de la carretera Panamericana los puntos de control que, cada semana de radicalización, instalan en los kilómetros 05 y 11 en el tramo que comunica los Altos Mirandinos con la ciudad de Caracas.
“Pasé la mañana de este jueves tres horas y media para superar la alcabala de la Guardia Nacional, llevaba a mi mamá para consulta médica y llegamos tarde”, denunciaba Magaly Pérez, quien pide vive en la ciudad de Los Teques.
Asegura que como ella, muchas de las personas que intentan llegar a la capital de la República lo hacen por alguna razón válida. “Creo que todos los venezolanos ya sabemos cuáles son las medidas de bioseguridad para cuidarnos, resulta ilógico generar una kilométrica”, dijo.
Similar opinión tiene Gustavo Marcano, es médico y aunque cuenta con salvoconducto debe “calarse” igualmente la cola para poder superar la alcabala. “De qué sirve el fulano permiso si igual debo esperar hasta tres horas para poder pasar, lo mismo que quien no lo tiene”.
Narra que hay “poca empatía” de los uniformados con los conductores, “ellos mismos alimentan ese rechazo que tiene el venezolano hacia ellos, creo que es una medida que el gobierno debe analizar, es ilógica, lo único que logra es que gastemos la poca gasolina que tenemos”, indicó.
Este jueves en horas de la tarde la fila lucía interminable. “Es desesperante cuando le toca a uno bajar a Caracas, esta situación es desgastante, es innecesaria, es una tortura para todos los ciudadanos”, agregó Mónica Ortiz, vecina de San Antonio de los Altos.
Diariamente, en semana de cuarentena radical, las autoridades restringen el tránsito a la altura de los kilómetros 05, 08, 11 e incluso en el 34, muy cerca de los límites entre los estados Miranda y Aragua.
DM
