Diez imprescindibles en Oporto

Redaccion El Tequeno

Oporto es una ciudad que destila una especie de saudade y mucho encanto por todos los rincones. Quizás por el menoscabo de sus fachadas, quizás por los surcos en el rostro de la mayor parte de sus habitantes o quizás por tantos días nublados y lluviosos que cubren la ciudad al ritmo melancólico del fado. Lo cierto es que, lejos de sentirme triste, ese ambiente nostálgico y “decadente” me despertó una profunda fascinación.

Oporto tiene un encanto especial que no deja indiferente a nadie. Su gente destaca por su carácter afable. Harán lo posible por hacerte sentir bien sin exagerar en los gestos, suelen ser bastante discretos. El olor a pan y a pasteles recién horneados fluye por las calles. La comida, ¡ay, la comida!… una mezcla de sabores que hacen de lo corriente algo extraordinario y a un precio muy asequible. Y esa ribera, con esas fachadas de colores y ese puente… evocan un tiempo pasado que pareciera haberse quedado atrapado ahí, a la orilla del Duero.

En Oporto no hay necesidad de correr a ninguna parte. Todo está muy cerca y puedes moverte caminando de un lado a otro, sin prisa alguna. 

Hay mucho que hacer pero, para comenzar, te dejo una lista de diez actividades que no puedes obviar en una visita de dos o tres días.

1. Subir a la Torre dos Clérigos desde donde tendrás una panorámica de 360º de la ciudad. Sus más de 240 escalones habrán valido la pena una vez que estés en la cima de la torre y puedas contemplar Oporto desde todos sus ángulos. Mide 76 metros y se dice que es la torre más alta de Portugal.

2. Visitar la Librería Lello e Irmao, una de las librerías más bellas de Europa. Hay quienes afirman que aquí se han rodado escenas de alguna de las sagas de Harry Potter y hay quienes sostienen que sólo ha servido de inspiración para J.K. Rowling quien estuvo viviendo un tiempo en Oporto. Lo que sí es completamente cierto es que es una librería espectacular como nunca he visto antes. 

3. Sentarte en alguno de los restaurantes que están frente a la ribera, disfrutar de la vista, de la música en directo y degustar un delicioso plato de bacalao con o un Vinho do Porto en mano.

4. Visitar alguna bodega de Vila Nova de Gaia, una calle llena de bodegas de vino de Oporto para visitar y para degustar. No es necesario que seas un experto en vinos. Si escoges la visita básica, te ofrecerán una visita guiada en la que te explican el proceso de fermentación, las categorías del vino y terminarás con una degustación. 

5. Probar la mítica Francesinha: un sandwich convertido en una auténtica bomba calórica, relleno de diferentes tipos de embutidos, carne y cubierto con queso fundido. No ha sido de lo mejor que he probado en la vida, sobre todo por la contundente de la mezcla, pero no ha estado nada mal tampoco. ¿Lo mejor que puedes hacer? probarla y sacar tus propias conclusiones. No te preocupes por dónde comerla pues la ofrecen en la mayoría de puestos de comida de la ciudad.

6. Tomarse un café en el Café Majestic: punto de encuentro para representantes de la vida artística y cultural de principios del siglo XX. Fue declarado en 2011 el sexto café más bonito del mundo. 

7. Visitar la Catedral y su magnífico claustro. La Catedral data de los siglo XII/XIII. En ella confluyen los estilos barrocos y románico. Su retablo, así como el de las mayorías iglesias de Oporto, derrocha un estilo muy barroco cargado de elementos de oro. Lo que más me gustó de la visita a la Catedral fue poder entrar al claustro. Sus paredes recubiertas de azulejos que representan diferentes escenas de la vida religiosa son de una belleza extraordinaria.

8. . Paseo en barco por el Duero a través del cual puedes tener otra perspectiva de la ciudad. El paseo dura 50 min y recorre seis de los puentes que atraviesan el Duero. Si tienes la posibilidad de ir antes del atardecer, muchísimo mejor. 

9. Visitar la estación San Bento.  Esta estación fue construida a partir de las ruinas del Convento de San Bento del Ave María en el siglo IX, lo que hace que su fachada tenga un valor y una belleza especial. Sin embargo, lo que la hace aún más hermosa, son los 20.000 azulejos que se encuentran en el hall y que retratan parte de la historia de Portugal.

10. Caminar a lo largo de la ribera por el lado de Gaia hasta llegar al final, al mar abierto, y contemplar el atardecer en el Atlántico. 

Pero Oporto tiene aún más, sobre todo tiene mucha alma. Es de esas ciudades que no te dejan indiferente y a la que siempre querrás volver. 

Beatriz López Díaz

CEO de Inspirience

IG: @Inspirience

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