El mundo cuenta ahora con un Tratado Global para gestionar la próxima pandemia

Redaccion El Tequeno

El mundo cuenta a partir de hoy con un Tratado Global para gestionar la próxima pandemia que se presente, después de tres años de negociaciones entre más de 190 países bajo el paraguas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y cinco años después de la aparición de la covid-19, de la que aún se desconoce el origen.

Visto desde el punto de vista de los procesos diplomáticos, tres años es un periodo breve para consensuar un acuerdo internacional de obligatorio cumplimiento, pero esto ha sido posible por las concesiones que unos y otros aceptaron hacer, lo que rebajó la ambición que los países en desarrollo tenían, tras ser los que más sufrieron con la última pandemia.

El paquete de 35 artículos aprobado en la 78ª Asamblea anual de la OMS aborda todos los aspectos que se identificaron como fundamentales para que los países tuvieran políticas e instrumentos de prevención y preparación, así como medios para responder a la próxima pandemia.

Explicamos a continuación lo que este tratado significa para los Estados, gobiernos y para las poblaciones, y porqué.

¿Qué riesgo hay de una nueva pandemia?
La comunidad científica afirma que una próxima pandemia es inevitable, aunque evidentemente el momento en que se producirá no puede precisarse.

No obstante, un equipo científico de alto nivel que forma la Comisión por la Salud Global de The Lancet, la revista científica más prestigiosa a nivel internacional, sostiene que hay un 50 % de probabilidad de que una nueva pandemia que causará 25 o más millones de muertes ocurrirá de aquí al año 2050.

¿Qué novedades trae el nuevo tratado?
– Un compromiso con la equidad en la salud. El acuerdo enfatiza que debe haber un acceso equitativo a medicamentos, vacunas y tecnologías sanitarias durante las pandemias.

– Establece la creación de un «Sistema de Acceso y Reparto de Beneficios», mediante el cual habrá un intercambio de patógenos y datos genéticos, y que también garantizará que aquellos países que aporten esa información tengan acceso a los beneficios derivados.

Las farmacéuticas que produzcan vacunas, tratamientos u otros a partir de esa información deberán firmar contratos con la OMS para suministrarle rápidamente el 20 % de su producción en tiempo real (10 % como donación y 10 % a un precio asequible), que será distribuida en función de las necesidades y nivel de riesgo de los países, especialmente de los más pobres.

– Establece un mecanismo para facilitar la transferencia de tecnología y, en situaciones de emergencia, se permitirá -en función de un acuerdo entre las partes- suspender temporalmente los derechos de propiedad intelectual para que la producción se pueda descentralizar.

¿Cuáles son las debilidades del tratado?
– El «Sistema de Acceso y Reparto de Beneficios» todavía no cuenta con los mecanismos concretos para empezar a funcionar, los cuales deben aún negociarse y se incorporarán al Tratado como un anexo. Debe definirse cómo se recogerán, almacenarán y repartirán los productos (vacunas o medicamentos) y qué actores de los gobiernos y de las empresas estarán involucrados.

– Queda pendiente definir un mecanismo de financiación sostenible del acuerdo, ya que aunque se plantea la creación de un fondo internacional, no está detallado quién lo financiará, cómo se asignarán sus recursos y cómo se garantizará su continuidad.

– Uno de los puntos más difíciles de negociar fue el relativo a la transferencia de tecnología y flexibilización de patentes, por las reticencias de países con importantes industrias farmacéuticas. El éxito del tratado dependerá en gran medida de que los países de menores recursos logren las garantías de acceso a la producción de los insumos médicos, lo que no está plenamente resuelto.

¿Cuándo empezará a aplicarse el tratado?
El Tratado entra ahora en la fase de ratificación por parte de los poderes legislativos de los Estados miembros de la OMS.

Cuando sesenta lo hayan ratificado, el Tratado entrará en vigor.

La parte final del acuerdo se negoció sin la participación de Estados Unidos, que a principios de año inició el trámite para retirarse de la organización, pero se ha recordado que incluso si este país hubiese participado, lo más probable es que no lo habría ratificado, conforme a su política ante prácticamente todos los acuerdos internacionales.

¿El tratado afecta la soberanía de los países?
Durante el proceso de negociación, la desinformación y difusión de noticias falsas fue constante y giraba principalmente en torno a la supuesta pérdida de soberanía que sufrirían los países en caso de aprobación de este acuerdo.

En realidad, el acuerdo establece explícitamente que nada en él puede entenderse de ese modo y que, aunque se trata de un instrumento jurídicamente vinculante, se deja en manos de cada país medidas como confinamientos, mandatos de vacunación o restricciones de viajes.

EFE

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