La maldición de PDVSA (Petróleos de Venezuela, empresa estatal) también se ha llevado por delante al coronel Pedro Tellechea, de forma parecida a la sufrida por la mayoría de sus antecesores. Agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar detuvieron a Tellechea durante el fin de semana, sólo horas después de que fuera sustituido por el magnate colombiano Alex Saab al frente del Ministerio de Industria.
En esta cartera del gobierno de Nicolás Maduro sólo aguantó unas semanas, después de que fuera sustituido por la vicepresidenta Delcy Rodríguez de su puesto clave como zar del petróleo. Fueron precisamente sus investigaciones las que empujaron la caída del ex vicepresidente Tareck El Aissami, víctima de una purga política en el seno del chavismo tras descubrirse que su familia política había sustraído 23.000 millones de dólares del negocio petrolero.
La Fiscalía chavista confirmó ayer una detención que se rumoreaba desde el sábado. El Ministerio Público acusa a Tellechea de «graves delitos que atentan contra los más altos intereses de la nación, donde destacan la entrega del cerebro de PDVSA (sistema de control y mando automatizado) a una empresa controlada por los servicios de Inteligencia de EEUU, vulnerando así nuestra soberanía nacional».
Tellechea justificó su salida del Ministerio por «problemas de salud que requieren mi atención inmediata». Muy lejos quedan las alabanzas de Nicolás Maduro, quien elevó al coronel al Olimpo chavista, en el que sólo permanecen dirigentes muy consolidados. Pese a que Tellechea se había definido en su día como «hermano de vida» de El Aissami, se le consideraba una ficha de Delcy Rodríguez.
Entre rejas permanece El Aissami, el zar del petróleo más poderoso caído en desgracia tras perder su pulso de poder con Delcy Rodríguez y su hermano Jorge, actual presidente del órgano legislativo chavista. Durante un año, entre 2017 y 2018, también estuvo preso el expresidente de PDVSA Nelson Martínez, que murió en la cárcel. Eulogio del Pino fue acusado de corrupción en la misma época; todavía permanece en prisión.
Y Rafael Ramírez, tan poderoso como El Aissami durante la época de Hugo Chávez, consiguió salir al exilio europeo antes de ser detenido. Tras acabar su etapa en PDVSA, fungió como embajador revolucionario en Naciones Unidas.
De siete ministros/presidentes de PDVSA, sólo dos se han salvado, y uno de ellos es Asdrúbal Chávez, primo del «comandante supremo».
Entre los detenidos de las últimas horas, posteriormente liberados, aparecen empresarios de origen árabe vinculados a los hermanos Rodríguez.