SEMANA conoció por fuentes de la Cancillería que la participación del embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz, en la marcha sandinista no cayó bien en el Palacio San Carlos. Incluso el mismo canciller Álvaro Leyva se habría molestado fuertemente con la actitud de Muñoz hacia el régimen de Daniel Ortega.
Por SEMANA
El tema no quedó en un simple llamado de atención que se le hizo a Muñoz desde el ministerio, sino que, además, esta revista conoció que se adelanta una investigación desde la oficina de control interno por sus actuaciones. Asimismo, Muñoz fue llamado a consultas por Leyva a Bogotá para hablar directamente con el canciller sobre el tema en las próximas horas. El embajador está citado para hoy.
Y es que el video que se conoció de Muñoz en la celebración de la revolución sandinista en ese país despertó una profunda polémica no solo en Colombia, sino en el panorama internacional. Algunos reclaman que, según tratados internacionales, una figura diplomática no puede inmiscuirse en temas políticos del país en el que se encuentra.
“Ojo. El embajador de Colombia en Nicaragua estaba celebrando los crímenes de Daniel Ortega en la Caminata 44/19. El Artículo 41 de la Convención de Viena señala que los diplomáticos no deben ‘inmiscuirse en los asuntos internos de un Estado’ y mucho menos en temas políticos”, alertó el exembajador de Nicaragua ante la OEA Arturo McFields Yescas.
Incluso desde Estados Unidos criticaron la posición del embajador colombiano. “Es inconcebible que el embajador del Gobierno Petro aplauda una revolución marxista y sangrienta. Es un grave insulto a todos los nicaragüenses y exiliados que aún sufren las repercusiones de los sandinistas”, aseguró el senador de ese país Marco Rubio.
Tras el escándalo y el llamado de atención de la Cancillería, Muñoz tuvo que salir a dar explicaciones. Sin embargo, se mantuvo en su posición que como embajador de ese país debe “participar en reuniones y/o actividades importantes para el Gobierno”.
Además, dijo que esa relación debe ser “estratégica”, para llevar a cabo la mejor representación del país y que deje de ser visto simplemente como “una figura decorativa”. “Como lo ha dicho nuestro presidente Gustavo Petro, la diplomacia del gobierno del cambio debe ser una diplomacia franca, mirando directamente al otro, simpatizando con el otro para lograr los objetivos que como embajador es mi obligación cumplir”, afirmó el embajador en Nicaragua.
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