El pago de las promesas por favores concedidos o simplemente por agradecimiento es una tradición que se encuentra bien arraigada en los devotos de El Nazareno, especialmente en Carrizal.
Adultos, jóvenes y niños suelen vestirse con túnicas moradas en recordatorio al color púrpura que le fue colocado a Jesús por los soldados romanos en forma de burla. Otros cumplen su promesa caminando descalzos por las calles donde transita la procesión de la sagrada imagen.
Donar cabello u ofrendar figuras en algún metal de valor son otras de las formas en las que los devotos del Nazareno acuden a él para rendirle el tributo merecido, otros aprovechan la oportunidad para hacer las suplicas al Cristo sufriente e implorar que aleje todo lo malo del país.
Andrea Páez, vecina del sector Llano Alto de Carrizal, es devota de la imagen de la parroquia San Juan Bautista, tradición que tiene unos 70 años.
“Todos los años acudo a visitar a mi Nazareno, pago la promesa debido a que mi hija nació con un problema grave de salud, y actualmente tiene 42 años”, narró a #ElTequeño.
Páez agregó que en Carrizal realiza un recorrido por diferentes templos de la ciudad y acude a la misa, asimismo aseguró que entre sus peticiones está Venezuela, para que vuelva a ser como antes además de pedir para que los jóvenes tengan trabajo y oportunidad de progresar y así no tengan que irse del país.
Tras celebrarse la misa del Miércoles Santo, la imagen del Nazareno, en compañía de gran cantidad feligreses, salió de la Iglesia San Juan Bautista de Carrizal para su habitual recorrido por las calles del casco histórico de Carrizal.
Yajaira Rojas llegó a la iglesia carrizaleña, vestida de morado como símbolo del pago de la promesa por su hijo que desde su nacimiento mostró síntomas de una extraña enfermedad.
“Le pedí al Nazareno que me ayudara y no dejará a mi hijo solo, aunque la promesa es mía, le traigo al niño a sus pies hasta que él me de las fuerzas y me lo permita”, dijo.