Fiebre tifoidea en Caracas: una historia y más de 20 casos que encienden las alarmas en la capital

Redaccion El Tequeno

Nayragui Correa no supo que tenía fiebre tifoidea hasta casi un mes después de que comenzaran sus síntomas. Su temperatura empezó a subir el 15 de octubre. Con la fiebre también aparecieron dolor en los ojos y diarrea. Pensando que era un cuadro viral o estrés por un viaje de trabajo en esas fechas, siguió su día a día. Algunos síntomas habían empezado a ceder, pero luego su malestar empeoró.

Por Efecto Cocuyo

Cuando se hizo una hematología completa, algunos valores salieron alterados. Todo parecía indicar que tenía un proceso viral. Pensó que podía ser dengue, pues los síntomas eran similares a los que surgieron cuando tuvo la enfermedad en el pasado. Sin embargo, su prueba salió negativa.

Una vez descartado el dengue, la fiebre desapareció durante tres días. Nayragui pensó que su proceso había terminado, pero luego empezó a tener un fuerte dolor abdominal. A través de su seguro médico consideraron que podía ser una infección urinaria y la remitieron con un internista y un gastroenterólogo. Se hizo otra hematología y esta vez le salieron las plaquetas elevadas.

La fiebre regresó, y no bajaba. Como el malestar empeoraba, fue a la emergencia de un centro de salud en Guatire, estado Miranda. En total, sumaba 18 días con fiebre, pero le dijeron que su caso no era una emergencia y que pidiera cita con un especialista. Como ya había hecho la cita con el internista, decidió irse y esperar que llegara el día.

En la consulta, el médico pensó que podía ser malaria, pues su viaje de trabajo había sido al estado Bolívar, el estado con más malaria en Venezuela, pese a que sus síntomas comenzaron antes del viaje. Dos veces le hicieron la prueba, y dos veces salió negativa. Luego le pidieron un perfil hepático, otra hematología y un eco abdominal.

«La hematología completa de nuevo reflejó un proceso infeccioso, pero no lográbamos dar con el origen», recuerda.

Su internista decidió ingresarla por emergencias para que la viera una infectóloga. Al evaluar su caso, la especialista le dijo que su teoría era que se trataba de fiebre tifoidea, pero ahí no podían hacerle el examen que necesitaba debido a trámites administrativos.

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