La Guardia Costera de Trinidad y Tobago investiga este domingo un incidente con la tripulación de un barco de Granada que terminó con un marinero hospitalizado, después de que el mes pasado abriera fuego contra un barco de migrantes venezolanos y mató a un bebé.
EFE
El cuerpo militar aseguró en un comunicado que «toma muy en serio todas las acusaciones de esta naturaleza porque afectan la percepción pública, lo que puede conducir a una pérdida de confianza».
Por ello, explicó que la investigación en curso involucrará a todas las partes implicadas con el fin de esclarecer los hechos.
La tripulación de la embarcación granadina, llamada Rainia, que viaja semanalmente a Trinidad y Tobago para realizar operaciones comerciales, afirmó haber tenido una experiencia de «pesadilla» con la Guardia Costera trinitense.
Según la Red de Radiodifusión de Granada, los ocho miembros de la tripulación fueron recibidos con «hostilidad» por los oficiales de la Guardia Costera que acabó en una agresión física al capitán y a otro marino, el cual resultó herido de gravedad y requiere cirugía.
La agresión se produjo después de que los guardacostas apuntaran con sus armas a la tripulación y esta les pidiera tener cuidado, recordando la vez que dispararon contra los migrantes venezolanos, lo que enfureció a los uniformados.
El bebé venezolano de 9 meses que falleció en ese incidente viajaba con su madre y otras 36 personas, cuando su embarcación fue interceptada el pasado 7 de febrero por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago.
Las investigaciones sobre esta tragedia, que despertó muchas críticas internacionales e internas, continúan, aunque el primer ministro trinitense, Keith Rowley, ha defendido a la Guardia Costera asegurando que fue «un accidente».