La carne mechada, que en algunos sitios le llaman “Esmechada” o “Desmechada”, más por deformación de uso en el tiempo que con el real nombre que es sin duda alguna Mechada, es una preparación típica de la culinaria venezolana y parte fundamental de otro plato nacional como es el pabellón, siempre tiene un relieve protagónico en las mesas de nuestras familias, acompañada o sola, como relleno de un arepa, cachapa, empanadas o pan, le va bien el queso blanco fresco en cualquiera de sus presentaciones, el amarillo y hasta algunos le colocan algún queso madurado, es tan versátil que pudiéramos decir que va con todo, sola o acompañada siempre impregna de buen gusto al comensal que la degusta.
Se puede hacer carne mechada de casi cualquier parte del ganado vacuno o de aves, pero el preferido es el corte denominado “Falda” que viene del vacuno, ya que tiene mucho sabor y quedan hebras de un buen tamaño que hacen apetitoso la preparación final.
En nuestro país con la llegada por parte de los colonizadores de vacas y toros que lograron aclimatarse muy bien a nuestra geografía, se introdujo en simultáneo el consumo de esta proteína, llegando a su estado de esplendor en la época colonial, cuando éramos unos de los principales exportadores de piel y cuero del continente, teníamos cerca de 700.000 cabezas de ganado para ese momento, (previo a la gesta independentista, cuando este número mermó considerablemente por motivos obvios de la guerra) esto marcó nuestros hábitos alimenticios por tener al alcance esta proteína tan valiosa para nuestra dieta diaria, haciéndose irremediablemente presente en diferentes preparaciones culinarias, entre ellas la sobresaliente Carne Mechada, que con el sofrito venezolano por excelencia de ajo, ají venezolano (dulce), cebolla, junto con tomate hace de esta preparación una muestra fehaciente del sabor de nuestra cocina.
En la búsqueda del por qué de su peculiar nombre conseguí que se le atribuye a su similitud con las mechas de las velas, tan usadas en esa época para alumbrar las habitaciones de casas y todo establecimiento, las velas tienen este hilo de pabilo que sobresalían de la cera de estas mismas que son parecidas a las de la carne al ser deshilachadas, y como a los venezolanos nos gusta asociar las cosas no es de extrañar que una madrugada en una cocina mantuana, unas de las personas que realizaba el trabajo de deshebrar la carne, al levantar la vista para prender una vela, le encontró un parecido a la mecha de la vela con la carne, se dirigió a sus compañeros de trabajo y exclamó:
-¡Esta carne parece las mechas de una vela, caramba!
-¡Si, parece una carne mechada!
Quedando bautizado tan representativo plato por su popularidad, no hay rincón en el país que no se consuma para orgullo de todos nosotros.
Wilfredo Javier Armas Oropeza
Chef
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