«La dolarización es como el Titanic: Di Caprio se muere igualito», afirma el economista Omar Zambrano

Redaccion El Tequeno
A man tries to pay for gasoline with a 20$ in Caracas, Venezuela, on June 5, 2019.

El socialismo del siglo XXI mutó o quedó para la historia, pero en el camino redujo la economía nacional al equivalente de una isla pequeña con un curioso sistema donde mandan el dólar y el consumo de lujo y la infraestructura productiva se exporta como chatarra. Omar Zambrano, economista jefe de la consultora Anova, nos ayuda a entender un poco el momento, el «esto es lo que hay» nuestro de cada día.

Oscar Medina | El Estímulo 

Que si es burbuja o no es burbuja es ya mero asunto de perspectivas. Lo cierto es que esto es lo que hay: una economía que ha dado un giro tremendo desde una escasez aplastante hasta este momento de abundancia y dolarización en medio de la inflación más alta del planeta.

Raro, ¿no? ¿El socialismo del siglo XXI se transformó en esto? ¿La revolución se rindió ante el billete con la cara de Benjamin Franklin? Cómo se explica lo que está pasando, esta “bodegonzuela” donde 20 dólares no son nada y febril la mirada se pasea errante entre anaqueles repletos de productos importados, entre restaurantes de lujo y cafés concebidos para el selfie, al mismo tiempo que te quedas sin luz y sin agua dos días sí y tres también y algunos se desgañitan acusando a este y a aquel de “enchufaos” y otros pocos parecen disfrutar como nunca de que la diatriba política parece contenida entre los límites de Twitter.

Omar Zambrano, economista y fundador de la firma consultora Anova Policy Research, puede que tenga algunas respuestas. O no. En todo caso, le aflojamos la corbata al oficio para intentar aproximarnos a las claves de la nueva economía venezolana.

-Maduro dijo que la economía creció 7,6% en el tercer trimestre del año pasado y que hubo un aumento del consumo en los hogares de 4,9%, de 8,7% en el consumo del Gobierno, que las inversiones crecieron 3,1%, las exportaciones 4,9% y según el Banco Central ya salimos de la hiperinflación. ¿Venezuela se arregló o hay cosas que no nos están diciendo ni explicando bien?

-Primero, creo que sí hay evidencia y nadie puede negar que después de 7 años de caída la economía venezolana está dando ciertos signos de recuperación, uno ve como unos brotes verdes por ahí. Pero eso hay que ponerlo en contexto. En economía hay una frase medio “graciosa” que dice que “hasta un gato muerto cuando cae rebota”. Cuando una economía ha caído tanto, tanto como lo que cayó la de Venezuela en estos 7 años, lograr una recuperación era algo relativamente fácil y no significa mucho porque todavía estamos muy lejos de lo que llegamos a ser en cuanto al tamaño de la economía. Venezuela se transformó en algo así como una pequeña isla del Caribe, en dos sentidos: uno, en que se ha perdido control territorial de gran parte del país, y dos, porque la economía es casi del tamaño de Dominicana. O incluso un poco más pequeña.

Por otro lado, está el problema de que las cifras no las hemos visto. No hay transparencia. Yo no he visto, por ejemplo, las cifras de cuentas nacionales del Banco Central, no las han publicado. No se sabe nada. Pero estoy dispuesto a aceptar el cuento porque no me parece tampoco una épica demasiado grande: lograr que una economía como la venezolana crezca un poquito, no es difícil.

Con respecto a la hiperinflación, también me puedo creer la cifra, pero tampoco significa demasiado. La inflación del año pasado en Venezuela cerró entre 600 y 700%. Sigue siendo -por mucho- la inflación más grande del mundo. Y aunque formalmente, según el criterio más usado, hayamos salido de la hiperinflación, hay otro criterio que dice, por ejemplo, que una economía que tenga 500% de inflación anual sigue siendo hiperinflacionaria. Así que en eso estamos: estamos mal, pero vamos un poquito mejor

-Es decir, no es como para celebrar ni hacer fiesta…

-Tampoco es como para picarles un quesillo, nada de eso.

-¿Por qué hay tantos dólares circulando en Venezuela si aquí no tenemos esa maquinita ni se exporta gran cosa? ¿Se debe a las remesas que ciertas profesoras envían desde el exilio, al lavado o hay una explicación más honrosa?

-Puede ser la profesora que está mandando más remesas… Creo que lo que hay es la sensación de que están circulando muchos dólares y sí es verdad que están circulando bastantes dólares, pero para lo que es el tamaño de la economía venezolana hoy.

No sabemos muy bien de dónde salen. De las remesas, ciertamente, sale una parte. En Anova, la consultora que dirijo, estamos haciendo unas estimaciones en este momento y sabemos que más o menos entre 20 y 25% de los hogares venezolanos están recibiendo una cantidad en remesas que representa una proporción importante de sus ingresos totales. Y lo otro es que el Banco Central está inyectando plata en la economía. Con esto de que quieren mantener el tipo de cambio casi fijo la última cifra que escuché es que el BCV había inyectado el equivalente a más o menos 1.500 millones de dólares el año pasado. Esta es una economía de 50 mil millones de dólares al año y que le inyecten 1.500 es un flujo considerable.

-¿Y de dónde saca el BCV 1.500 millones de dólares?

-Una cosa que está pasando es que el gobierno ha logrado evadir las sanciones y está exportando más petróleo. De ahí es que salen los dólares que está inyectando el Banco Central, supongo yo, porque la verdad es que no hay mucha transparencia. Dicen que lograron llegar a 1 millón de barriles diarios de producción y que van a llegar al millón y medio este año, si lo logran van a estar al mismo nivel que tenían antes de que empezaran las sanciones. Con la ayuda de sus amigos internacionales evaden las sanciones y así entra más plata. Por el otro lado, está todo lo que no se sabe de la economía “negra”, la ilegal que incluye el oro del arco minero, narcotráfico, contrabando de chatarra, contrabando de madera. Nadie sabe cuánto es, pero eso seguramente está trayendo dólares al país. Y también hay que considerar a toda la gente que hizo plata y la está trayendo. Están montando negocios, hay un flujo de capitales retornados.

-Tu campo no es la psicología social, pero… ¿cómo definirías esta relación un poco loca de los venezolanos con el dólar, esa aproximación tan fresca, tan 100 dólares no son nada y todo cuesta de entrada 20 dólares?

-Es una locura. Es un tema del momento que vive la economía venezolana. Creo que la mentalidad que está operando es algo así como lo que uno escucha que son las economías en las minas de oro, donde los bienes y servicios son súper caros porque los que pueden comprar tienen acceso a un recurso valioso. Pasa un poco lo mismo: quienes tienen dólares pareciera que están operando en un sistema donde los precios no importan porque a quienes tienen alta capacidad de consumo lo que les importa es tener el producto aquí, a mano. Y algunos ni siquiera lo pueden consumir afuera porque no pueden salir del país.

Más allá de eso, creo que opera el hecho de que esta era una economía en la que no había nada, que era un peladero, y de repente empiezan a surgir bienes y servicios y la gente pierde la noción de los precios de las cosas y no hay una relación con lo que cuestan esas cosas en el resto del mundo. Es algo medio loco. No sé exactamente por qué esta economía no está operando hacia la racionalización de los precios, que deberían caer un poco si hay más competencia, más actividad. Hay que considerar también que Venezuela es un lugar difícil para invertir e imagino que quienes invierten quieren recuperar su inversión rápido. Nadie tiene confianza en el largo plazo y cualquiera que invierte unos dólares aquí trata de sacar lo más que pueda y lo antes posible.

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