El Consejo Nacional Electoral intenta recuperar la confianza en un electorado que no sale masivamente a las urnas desde 2015. De cara a los comicios del 21 de noviembre, organizó un simulacro marcado con un tinte de discordia internacional que alcanzó nuevamente desacuerdos diplomáticos.
Las últimas elecciones en el país se han realizado con acompañantes internacionales, no con observadores, lo que ha sido una insistencia de la oposición para poder medirse en las urnas, debido a que los informes presentados por estos actores demuestran transparencia o no en el proceso. Estos grupos de acompañantes se han caracterizado por estar conformados por personalidades asociadas a partidos de izquierda de América Latina. Ahora, para dentro de un poco más de un mes, se logró la observación de la Unión Europea (UE).
Disputas
En firma conjunta con el CNE, se acordó que una misión será enviada el 21 de noviembre, o al menos así sería porque luego de las declaraciones del alto representante para la Política Exterior de la UE, no está muy claro el panorama. Josep Borrell ha dicho en Madrid que no se trata de legitimar o no al gobierno de Nicolás Maduro sino porque “lo que le legitimará o deslegitimará es el informe de la misión”.
El domingo, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional electa en 2020 y figura principal de la delegación oficialista en el diálogo con la oposición, fustigó la postura de Borrell. “Si es así, no, si es así mejor no venga. Si viene a violentar los estándares de la ONU y el convenio que firmaron mejor no vengan, porque eso no lo vamos a aceptar”.
Es un nuevo episodio de la diplomacia de micrófonos, así lo cree la internacionalista Mayra Contreras. Aunque este tipo de práctica es común, Contreras, quien también es consultora política, recuerda que fuera de las pantallas, los actores terminan llegando a acuerdos a puerta cerrada y que los comentarios del representante europeo, si bien molestan al chavismo, generan confianza en el sector de la oposición.
No todo son divergencias
Aunque no todos los integrantes de la conocida Mesa de la Unidad Democrática que agrupa a los opositores, decidieron participar en este simulacro, los que sí acudieron estuvieron de acuerdo con el mismo chavismo en que el proceso de votación es rápido.
En los 466 centros de votación habilitados para votar hubo diversidad en la asistencia, pero, en su mayoría, la base del chavismo fue la que acudió al ensayo, a diferencia de los sectores opositores, que lo hicieron tímidamente.
Andrés Schloeter, candidato de la MUD a la alcaldía del municipio Sucre, en Caracas, luego de participar en el simulacro dijo que, además de votar fácilmente, “sentía” espíritu de cambio y que la gente estaba entusiasmada por ejercer el sufragio, pero que además servía como ensayo para mover la maquinaria opositora un aspecto que el Partido Socialista Unido de Venezuela tiene bastante adelantado.
“Estamos probando nuestra maquinaria electoral, se nota que hemos venido sumando más experticia”, dijo Jorge Rodríguez acompañado por parte del equipo negociador de la mesa de diálogo.
En este simulacro estuvo presente un equipo del Centro Carter además de organizaciones locales.
Mientras que por un lado se mueve el tema electoral, por el otro aún no se tienen resultados concretos del proceso de negociación entre los sectores políticos venezolanos, lo único concreto es que se verán nuevamente las caras el 17 de este mes en México.