El martes 9 de mayo, el Internado Judicial de Barinas perdió la paz por un enfrentamiento en sus pabellones. De esta novedad quedaron al menos cinco reclusos heridos, tal como lo reseñó lapatilla.com.
Néstor Luis Pérez Sampayo, Jhonatan Rafael Salcedo, Wilmer Andrés Calles Valderrama y Luis Domínguez Fernández, son los nombres de cuatro de los reos heridos, que fueron llevados al Hospital Luis Razetti y reflejados en una minuta.
De este hecho, en principio surgieron dos hipótesis, pero la de mayor fuerza fue la riña entre bandos, donde mencionan a unos reclusos que habían llegado del estado Carabobo.
El 14 de febrero de este año, la vicealmirante Celsa Bautista fue designada nueva ministra para el Servicio Penitenciario, comprometiéndose en continuar con el fortalecimiento del sistema que venía desarrollando su antecesora Mirelys Contreras.
Tras el suceso con heridos de gravedad con armas punzopenetrantes, presuntamente de fabricación carcelaria, un recluso que no ha sido tomado en cuenta para obtener el beneficio de medida cautelar que pudiese devolverle la libertad, hizo llegar una revelación a lapatilla.com: “Las medidas que está tomando la nueva ministra va a llevar a una explosión de las prisiones”.
Por razones obvias, no se publica el nombre del reo, tampoco de familiares y amigos de este, que estuvieron de intermediarios en el contacto con este medio de comunicación.
Del enfrentamiento, dijo: “Hubo revuelta entre un grupo de valencianos con barineses”.
Lo que habría originado la riña, supuestamente, es que los privados de libertad vienen exigiendo ver a sus hijos y demás familiares, incluso, ser trasladados a sus ciudades de origen para que sea más fácil visitarlos.
“Quieren que los lleven a las ciudades de dónde son, es decir, buscan acercamiento familiar, pero este Gobierno no entiende a los caraqueños, valencianos y a los guaros larenses, que quieren irse. Han pedido que los saquen y la manera que tienen para llamar la atención es atacar a otros internos”.
“No se puede esperar a que esto llegue a un extremo, donde cueste la vida de más de un privado”, comentó el recluso.
“Este penal tenía cuatro años que no sacaba un herido, y mira, apenas lleva tres meses esa ministra, y se van a encargar de prender la mecha”.
En el Internado Judicial de Barinas, los reclusos tienen entendido que la ministra para el Servicio Penitenciario es vicealmirante. “La gente está rebelde por si ella quiere venir a imponer cosas militares. Como su lema es ´Chávez vive, la patria sigue´, los presos no vamos aceptar esa porquería de lema”.
Quieren comer bien
Los privados de libertad del Internado Judicial de Barinas, según esta fuente, reciben una mala alimentación, y quienes los ayudaban a mantener una mediana calidad alimentaria, ya no les permiten apoyar con las comidas.
“Con el nuevo régimen carcelario nos han quitado la comida, y ya comenzaron a verse las consecuencias con las revueltas”.
“La comida que dan acá (en el penal de Barinas) es paupérrima y no permiten que los familiares nos traigan. Esta población tiene hambre y lo que va es a estallar”.
Los reclusos consideran que “la nueva ministra con su nuevo equipo, lo que está es despertando el demonio que estaba dormido, y si ella viene con la tónica de venir a imponer y cambiar el sistema que se lleva, será fatal porque habrá muchos muertos, porque así es la prisión, matan presos y eso se llama sacrificio, para que el gobierno pare su estupidez”.
“Este Gobierno piensa que va a venir y cambiar un sistema que, dicho sea de paso, no dañaba a nadie, se vivía con tranquilidad. Ahora quieren que pasemos hambre, que comamos lo que ellos les dé la gana y venir a tratarnos inhumanamente, como si fuéramos perros o borregos, que tenemos que hacer las cosas como ellos dicen, aunque nos perjudiquen”.
Entre otros aspectos de derechos humanos, denuncian que “no están pendientes de la salud de los privados, solo piensan en tratarnos a la patada, y eso no se lo vamos a permitir”.
“¿Por qué nos separan de nuestros hijos? Los vemos dos veces al año. Nos exigen andar uniformados y ellos no nos dotan de nada, que es deber de este Gobierno, porque estamos en un régimen y deben darnos beneficios y redenciones”.
La visita es de una sola persona y tiene que ser mujer, de lo contrario, “nadie nos puede visitar”.
El daño se puede evitar
Las confesiones del recluso de Barinas “deben ser tomadas en cuenta por las autoridades, porque podría estar recogiendo y advirtiendo sobre emociones de la población carcelaria, que son desconocidas por quienes estamos fuera del internado judicial”, advirtió el abogado penalista Jameiro Aranguren.
El jurista considera fundamental manifestar una recomendación: “Mancomunar esfuerzos de los actores del sistema penitenciario”.
“El Injuba Barinas debe reorientar su política penitenciaria en aras de considerar estos centros de reclusión, no como un lugar de depósitos de seres humanos”.
Por su amplio desempeño en materia penal en Barinas, Aranguren cree que el punto debería ser “conformar una alianza entre familiares de los penados y abogados defensores de los derechos humanos, observatorios y ONG para denunciar los hechos internos, en la fase de ejecución de sentencias del sistema penal”.
“Se deben implementar todos los beneficios del Código Orgánico Penitenciario, como los regímenes de confianza vigilada, así como flexibilizar el otorgamiento de beneficios procesales como una política criminal humanista que tenga como objetivo la reinserción del penado, a quien debe dársele una oportunidad de reencontrarse con los familiares, en los delitos que no revistan peligrosidad para la sociedad”.
La apreciación del jurista obedece a la presunta molestia que existe en el Internado Judicial de Barinas, sobre la reconsideración de las penas, por las que muchos de los reclusos aspiran obtener la libertad.
Aranguren concluye en que se debe tomar en cuenta la objetividad de Elio Gómez Grillo, padre del penitenciarismo venezolano, que manifiesta una verdadera preocupación por todo lo que el sistema penitenciario conlleva: situación social, familiar, el lugar de reclusión, tipología de las condenas e incluso la propuesta de eliminar las cárceles como sucede en otros países.
Hacinamiento: una bomba
La sobrepoblación que existe en diferentes recintos carcelarios del país, incluyendo al Internado Judicial de Barinas, no ayuda a la tranquilidad de los reclusos. Así se abre paso al surgimiento de grupos que optan por la rebeldía como elemento de protesta, y la aplicación errónea de procesos penales represivos y encarcelamientos, con el fin de contener el delito por parte de los jueces. Todo esto empeora la situación.
“El principio constitucional de la presunción de inocencia permite resolver los temas relacionados a delitos menores o faltas, sin tener que privar de libertad a la persona. Es una forma correcta de evitar el hacinamiento en los centros de reclusión”, explica el abogado penalista Richard Dávila.
El jurista barinés refiere que en Venezuela no existen centros acondicionados para la reclusión de privados de libertad, y generalmente se utilizan los recintos que están agregados a los cuerpos policiales.
Esta circunstancia, según Dávila, ha derivado en centros de reclusión preventiva y no preventiva, donde se encuentran privados de libertad que inician allí el cumplimiento de sus condenas.
El penalista menciona con este tipo de casos en Barinas, al Cicpc, Policía Nacional Bolivariana, Policía del Estado, entre otros.
“Eso es un verdadero problema, digamos que abona el hacinamiento y fomenta hechos perturbadores como las riñas y la presencia de enfermedades graves como la tuberculosis, que ha reaparecido en los centros de reclusión en Barinas”, señaló.
Retardo procesal
El abogado Richard Dávila dijo que uno de los asuntos que no se aborda como un tema central “es la carencia de tribunales que puedan desconcentrar el sistema de administración de justicia”.
Por ejemplo, “en Barinas hace falta tribunales, así como hace falta fiscales en el Ministerio Público”.
El Circuito Judicial Penal de Barinas cuenta con seis tribunales de control, a lo que Dávila apunta que “deberían ser ocho o diez”. Hay solo cuatro tribunales de juicio, y “debería haber por lo menos ocho”. De ejecución solamente hay dos tribunales, en el área de violencia contra la mujer, niña, niño y adolescente hay dos tribunales de control y “un solo tribunal de juicio en esta jurisdicción de violencia”.
Esta carencia de instancias de administración de justicia es, a juicio de Dávila, “un cuello de botella que retrasa los procedimientos penales”.
Los diferimientos es otro de los aspectos por lo que también reclaman los reclusos del Internado Judicial de Barinas, exigiendo que deben ser resueltos, por lo que el penalista Richard Dávila confirmó esta situación revisando su cartera de clientes, donde aparecen afectados con 15, 20 y hasta 25 diferimientos, y permanecen privados de libertad, sin habérseles realizado la audiencia preliminar.
Una situación más que mencionó Dávila es la falta de vehículos adecuados para los traslados de los privados de libertad, desde el centro de reclusión al Circuito Judicial Penal y el tribunal competente.
“Esto le ocasiona un problema adicional al privado de libertad, porque sus familiares deben contratar algún vehículo o proporcionar cierta cantidad de combustible para las unidades oficiales para que se puedan realizar los traslados”.
El abogado considera que esas diligencias para cubrir esta exigencia, crean demoras que se van convirtiendo en un enorme retardo procesal.
Cómputos y redenciones
El penalista precisó que hay un grave problema por el manejo lento, “a paso de morrocoy”, por parte del Ministerio para el Servicio Penitenciario, en lo que respecta con la actualización de los cómputos y las redenciones.
“Esto crea una gran dificultad, porque hay privados de libertad que aun cuando hayan pagado la condena, permanecen un año y más en centros carcelarios, porque los funcionarios de ese ministerio, no han cumplido con esa tarea”.
Este último aspecto señalado por el penalista Dávila está entre los principales reclamos que realizan los reclusos del Internado Judicial de Barinas.