Arte tras las rejas, un libro de coautoría entre Diana López y Carlos Javier Arencibia, editado por la ONG Acción por la Libertad y que narra la historia de 10 presos políticos venezolanos quienes pintaron obras estando en la cárcel, fue presentado este martes en Colombia.
«Agradecemos a la Red de Bibliotecas de Bogotá por abrirnos este espacio para traer un documento histórico que cuenta como estas personas lograron usar el arte para salir de la situación de violación de Derechos Humanos que vivían para abstraerse y vencer a sus carceleros desde la dignidad», expresó Arencibia.
Destacó que en el documento están impresas 50 obras de arte de Sergio Contreras, Laided Salazar, Daniel Ceballos, Lisbeth Añez, Leopoldo López, Betty Grossi, Gilberto Soto, José Gregorio Delgado, Alexander Tirado y Gabriel Valles (estos dos últimos estuvieron presentes en el acto).
Por su parte, Diana López, presidente de Acción por la Libertad y creadora de este libro, destacó la importancia del arte para «acompañar el alma», al tiempo que recordó a Gilberto Sojo, quien se mantiene detenido por el régimen.
«Este libro trata de la dignidad. La idea surge tras las visitas a mi hermano Leopoldo y a Daniel Ceballos en Ramo Verde, pues los empujé a que pintaran y eso nos llevó a vivir momentos de felicidad en medio de algo tan duro para las familias. Fuimos sacando como podíamos los dibujos y la voz se fue corriendo entre los familiares», detalló.
Por su parte, Tirado y Valles detallaron las torturas a las que fueron sometidos como presos políticos. «Pasé por siete cárceles en más de 4 años. Me imputaron por tener un megáfono, pues para ellos eso es un delito. La noche de uno de mis cumpleaños quemaron mis genitales con asfalto líquido, provocando un motín entre todos los presos que en ese momento plantamos resistencia y nos sentimos libres», contó Alexander Tirado, mejor conocido como «El Gato de Aragua».
Asimismo, Valles relató la llamada «tortura blanca» que sufrió por más de dos años en «La Tumba» , en la sede del Sebin en Plaza Venezuela, dónde nunca supo la hora, tuvo una luz blanca encendida permanentemente sin ningún acceso al sol, en temperatura invariable de 7 grados, siendo grabado las 24 horas del día, aislado absolutamente.
«Para pintar debía acudir a mi cerebro porque no tenía ningún estímulo exterior. Estando así es difícil que algo te inspire. Debes pellizcarte para saber que no estás muerto», dijo el joven que actualmente se dedica a las artes plásticas a tiempo completo.
Esta fue la primera de una serie de 5 presentaciones que se realizarán en el mes de septiembre en Colombia.
Arte tras las Rejas puede descargarse de forma gratuita desde la página web de Acción por la Libertad.