PESHAWAR, Pakistán – Las lluvias torrenciales del monzón han dejado a la población, especialmente a las mujeres, en crisis, mientras aún luchan por recuperarse de las inundaciones del año pasado en Pakistán.
“Todavía teníamos que volver a la normalidad después de la devastación causada por las fuertes lluvias de junio de 2022, cuando esta nueva serie de lluvias comenzó solo para agravar aún más nuestros problemas”, dijo Jannat Bibi, una residente de Kalam, en el valle de Swat, en la provincia de Jaiber Pastunjuá, de la que Peshawar es capital.
Bibi, de 44 años, dedicada a la atención de su hogar, junto con otros vecinos, debe caminar alrededor de un kilómetro dos veces al día para recolectar agua potable para su familia de 10 integrantes. Ella dice que quieren que el gobierno les cubra las necesidades esenciales como alimentos, agua, refugio y medicamentos.
“Una nueva ola continua de lluvias monzónicas nos ha afectado, ya que nos enfrentamos a una serie de dolencias debido al agua contaminada”, explicó a IPS.
«Algunas organizaciones no gubernamentales nos dieron agua mineral, utensilios y alimentos el año pasado, en junio, cuando unas lluvias torrenciales dañaron nuestras casas construidas con adobe, pero este año no hay nadie que nos dé una mano a pesar de las graves inundaciones», agregó.
La mayoría de los habitantes del barrio temen que más lluvias les traigan más miseria, debido a que la gente aún tiene que reconstruir sus casas mientras las calles y las instalaciones sanitarias estaban en ruinas.
El médico Farooq Khan en el distrito de Swat dice que la gente necesita desesperadamente agua potable limpia, ya que los casos de diarrea han ido en aumento entre ellos.
“Hay más casos de enfermedades transmitidas por vectores, como malaria, dengue, fiebre hemorrágica y leishmaniasis porque las personas están expuestas a las picaduras de mosquitos, transmisores de estas enfermedades, debido a los charcos de agua estancada que sirven como zonas de reproducción para los mosquitos”, dijo Khan.
Los cortes de energía crean problemas porque las personas no pueden obtener agua potable de los pozos y, a menudo, la almacenan en ollas descubiertas, que sirven como criaderos de mosquitos. Jaiber Pastunjuá, situada en el noreste paquistaní, registró 18 000 pacientes con dengue hemorrágico y 18 muertes en 2022, señaló el médico.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres dice que al menos 86 personas, incluidos ocho niños, han muerto por inundaciones y deslizamientos de tierra provocados por las lluvias monzónicas que azotan Pakistán desde el mes pasado. En junio de 2022, una inundación mató a 289 personas.
«Las mujeres son las peores víctimas de los cambios climáticos, ya que se quedan en casa y tienen que preparar la comida, lavar la ropa y cuidar a los niños, por lo que debemos centrarnos en su bienestar», dijo Javid Khan, médico local en el distrito de Malakand, que limita con el de Swat.
Según él, se han registrado unos 20 casos de cólera debido al uso de agua contaminada por tuberías de alcantarillado durante las inundaciones.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) está instalando dos centros de tratamiento de la diarrea para prevenir brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua”, sostuvo.
Munir Ahmed, un ambientalista local, dice que las mujeres, que representan aproximadamente la mitad de la población del país, son las más afectadas por las lluvias torrenciales.
El año pasado, las inundaciones masivas afectaron a casi dos tercios de la población del país en Pakistán, ya que sumergieron las áreas bajas habitadas por personas pobres, agregó.
Las lluvias destruyeron 1,7 millones de hogares en las provincias de Sind, Punjab, Baluchistán y Jaiber Pastunjuá, lo que también dañó las fuentes de agua y las tierras cultivables, afirmó.
“Mientras la gente se recuperaba de la devastación causada por las inundaciones del año pasado, un nuevo período comenzó a frustrar sus esperanzas de recuperación”, dijo Ahmed.
Aún quedan por construir más de 1.300 centros de salud y 3.000 escuelas destruidas por las inundaciones de 2022.
“Más de 50 000 mujeres embarazadas tienen dificultades para someterse a los controles obligatorios en los hospitales debido a las malas carreteras y la falta de transporte en el país”, según el Ministerio de Salud.
La institución indica que el gobierno está suministrando fuentes alternativas en forma de vehículos móviles para garantizar sus exámenes clínicos en el hogar.
Jabina Bibi, del remoto distrito de Chitral, esperó y se quedó en casa a pesar de tener seis meses de embarazo y no recibió un chequeo médico hasta que una oenegé local envió un equipo a su localidad y logró obtener comprimidos de hierro para el tratamiento de desnutrición severa.
“Los médicos de la oenegé fueron una bendición para mí; tuve un bebé normal porque me hicieron una ecografía que me permitió saber la fecha del parto, por lo que me llevaron al hospital ubicado a 50 kilómetros de distancia”, expresó.
Otras mujeres también se beneficiaron, pero las instalaciones son escasas, agregó.
Chitral experimentó más inundaciones en julio de este año, que mataron al menos a 10 personas.
Water Aid, una organización sin fines de lucro, dice que las inundaciones han dejado a casi 700 000 mujeres embarazadas en el país sin atención médica materna, dejándolas a ellas y a sus recién nacidos sin apoyo, alimentos, seguridad y atención médica básica. La tasa de aborto espontáneo también se disparó durante este período.
Las inundaciones que causaron deslizamientos de tierra también provocaron el desplazamiento de personas y la pérdida de millones de cabezas de ganado.
En el distrito de Mansehra, los extensos daños inutilizaron muchas carreteras, lo que generó importantes dificultades de transporte.
“Necesitamos encontrar trabajo porque las actividades de construcción se han detenido y es extremadamente difícil viajar a otros distritos para encontrar empleo”, dijo Mushtaq Ahmed, de 24 años, residente de Mansehra.
Pakistán es el segundo país con más glaciares derritiéndose debido al calentamiento global, y Mansehra es uno de los distritos afectados.
Los expertos en clima creen que las mujeres y los niños corren un riesgo mucho mayor de perder la vida durante un desastre debido a su acceso limitado a los recursos durante las emergencias.
La situación de las lluvias monzónicas está bajo control hasta el momento, pero hay previsiones de lluvias potenciales en los próximos días, que pueden poner el último clavo en el ataúd de los afectados por las lluvias del año pasado.
El cambio climático genera, a su paso, la privación de la seguridad alimentaria, la salud, la educación y el trabajo para las personas, además de exponer a las mujeres a la violencia, el desplazamiento y problemas de salud mental, y el gobierno debe proteger a las personas de los efectos nocivos de las inundaciones, señalan los expertos.
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