Los investigadores buscan el pijama de Madeleine McCann en un embalse y llenan varias bolsas de pruebas

Redaccion El Tequeno

La policía portuguesa ha comenzado a rastrear el bosque situado junto a la presa de Arade, a 50 kilómetros de Praia da Luz, lugar del que desapareció Madeleine McCann el 3 de mayo de 2007. Las primeras búsquedas se centraron en los terrenos cercanos al embalse. En una zona de ocio oculta entre árboles y que Christian Brueckner, el principal sospechoso del caso, llamaba el “pequeño paraíso”. Los agentes trabajaron a mano, con palas, sin maquinaria pesada, y con la ayuda de perros rastreadores. Fruto de esas primeras búsquedas se encontraron una serie de evidencias, que fueron guardadas en bolsas y trasladadas al laboratorio para ser analizadas. El objetivo principal de los investigadores es clara: tratar de localizar el pijama rosa que llevaba Maddie la noche en la que fue sacada del apartamento mientras dormía.

El caso está bajo secreto de sumario y el secretismo es máximo. Pero existe el convencimiento de que la fiscalía alemana tiene pruebas contundentes, que hacen pensar que la búsqueda en esta zona está más que justificada. De hecho, la expectación que se ha generado ha sido máxima. En Portugal se han reunido investigadores de Portugal, Reino Unido y Alemania, tres cuerpos policiales que han tenido muchas diferencias en los últimos años y que en esta ocasión se han vuelto a reunir para poner datos en común y para tratar de avanzar en la solución del caso. Según informa el diario portugués “Correio da manha”, durante la primera jornada los trabajos se realizaron a mano pero durante la mañana de hoy se podía escuchar en la zona ruido de maquinaria pesada, por lo que se sospecha que incluso se haya procedido a la tala de varios árboles. También se han desplegado cuatro perros especialistas en rastrear restos humanos. Los agentes han cavado en varias zonas con pico y pala y han recogido muestras de suelo para su análisis.

Protección Civil, Bomberos y GNR están ayudando en las gestiones. Las operaciones están siendo seguidas por decenas de periodistas de diferentes países.

Según explica a “Mirror” Jim Gamble, un policía británico que trabajó en las primeras investigaciones del caso, existe el convencimiento de que “descubriremos la verdad, ya que la policía alemana claramente sabe algo”.

Gamble, experto en seguridad infantil, confirmó que los investigadores alemanes no han tenido que dar demasiadas explicaciones y utilizan un lenguaje que sugiere que están seguros de que [Madeleine] está muerta. Tienen un gran nivel de confianza cuando hablan sobre el sospechoso y su relación con la muerte de Madeleine. Pero no han compartido información de manera pública para no darle al sospechoso más información de la necesaria hasta que todo esté listo para acusarlo”.

Para Gamble las evidencias que hay sobre la implicación de Brueckner son “muy poderosas”. “Es realmente importante que todos mantengan la mente abierta. Sí, es un excelente sospechoso pero hasta que no sea acusado, todo el mundo debe ser consciente de que podría haber sido otra persona”, advirtió.

Asimismo, dijo que “es necesario que cualquiera que hubiera estado en Praia da Luz en el momento de la desaparición hace 16 años o que haya estado cerca del embalse en los días posteriores a la desaparición de Madeleine trate de recordar y pensar ‘¿Vi algo?’”.

Según la televisión ??portuguesa SIC dijo: “Los investigadores saben que Brueckner solía ir a la presa con regularidad. Lo llamaba su pequeño paraíso y, a menudo, pasaba la noche allí. Se le veía a menudo”.

Sobre los dos rastreos que se realizaron en 2008 por buzos contratados por el abogado luso Marcos Aragao Correia, un abogado privado portugués, aclaró que esas búsquedas no arrojaron resultados pero que no tienen nada que ver con las que comenzaron el pasado martes porque en esta ocasión es una investigación dirigida por las fuerzas del orden: “La policía alemana ahora tiene líneas activas de investigación y avances tecnológicos. Cualquier búsqueda en tierra o, de hecho, cualquier cosa que se encuentre en el agua puede ser analizadas por expertos forenses con técnicas que no estaban disponibles hace 16 años”. Aragao Correia según dijo, había tenido un contacto con el “inframundo” que informó que Maddie había sido arrojada a un “lago desierto con aguas turbias”.

Gamble está convencido de que si Brueckner o cualquier otra persona ha asesinado a Madeleine, habrían tenido muy complicado deshacerse del cuerpo de manera “completa y exhaustiva”.

Según los expertos consultados por SIC dijeron que “lo más probable es que cualquier resto biológico haya desaparecido debido a las vías fluviales en el área, pero los investigadores podrían estar buscando otros elementos, como objetos o ropa que podrían servir como evidencia”. En este sentido, Gamble confía en que incluso si encuentran el “fragmento de hueso más pequeño y minúsculo”, los nuevos avances en el ADN podrían aportar una identidad.

El optimismo de Gamble se produce al mismo tiempo que los investigadores sacaban bolsas de pruebas recogidas en la zona del embalse. Según publica The Sun, uno de los investigadores portugueses desplazados a la zona indicó que la búsqueda está controlada con por los agentes alemanes, que están llevando el registro con máximo secretismo. Según la misma fuente, esta nueva investigación -la primera de estas características desde 2014- ha sido posible debido a una “información creíble” que consideran que les puede llevar finalmente a atrapar a Brueckner y poder llevarlo a juicio.

Esta “información creíble” fue obtenida durante el registro de la guarida secreta de Brueckner en Alemania, una fábrica en ruinas en la localidad de Neuwegersleben. La policía allanó el edificio en febrero de 2016 en busca del cuerpo de Inga Gehricke, de cinco años, que desapareció durante una excursión con su familia en Sajonia-Anhalt en mayo de 2015 y que fue conocida como la “Maddie alemana”.

Durante la intervención, encontraron enterrado el cuerpo del perro del sospechoso y debajo de él había más de 8.000 imágenes y vídeos en memorias USB y discos duros, la mayoría de ellas de contenido pedófilo. Pero además de este material, podría haber material de Brueckner en una zona de bosque cerca de un embalse y que ahora han logrado averiguar que se trata del embalse de Arade.

Sobre el terreno se ha establecido una zona de exclusión, que los alemanes no revelaron hasta el mismo momento de iniciar las operaciones. La fiscalía alemana envió una petición internacional a la fiscalía portuguesa hace dos meses y durante estas últimas semanas se ha estado trabajando para poder poner en marcha el operativo y coordinar a todos los agentes desplazados al embalse. En un primer momento está previsto que la investigación se continúe durante toda la jornada de hoy y sólo se ampliaría si se encontraran evidencias suficientes que obligaran a hacerlo. El espacio aéreo está restringido hasta las 22:00 horas, por lo que los medios de comunicación no pueden utilizar sus drones para obtener imágenes: “No se permiten vuelos, salvo aeronaves del Estado, evacuación médica, búsqueda y salvamento y extinción de incendios”, se puede leer en la página web de laAutoridad Aeronáutica Nacional portuguesa.

La zona examinada coincide con la señalada por un testigo, que indicó que al día siguiente de la desaparición vio cómo una mujer entregaba un niño a un hombre misterioso. La zona del embalse también está siendo analizada porque ha sequía ha provocado el descenso del nivel del agua, por lo que hay muchas zonas que han quedado al descubierto. El principal objetivo es localizar restos de ropa o trapos que pudieran corresponder con el pijama rosa que llevaba Maddie.

Mientras tanto Brueckner sigue con atención todas las novedades desde la cárcel, donde cumple una condena de 7 años por la violación de una turista norteamericana de 72 años en Praia da Luz en 2005. A pesar de sus numerosos antecedentes –pasó por primera vez por la cárcel a los 17 años por abusar de un menor-, ha defendido siempre su inocencia en este caso y a acusado a las autoridades alemanas de haberle acusado sin pruebas. Brueckner se encuentra en una prisión de alta seguridad, en aislamiento, del que sólo sale una hora al día para poder dar un paseo por el patio. El único contacto humano que tiene es con sus abogados y con los trabajadores sociales, a los que sólo puede ver durante 20 minutos dos veces al mes. En protesta por esta situación, el reo anunció a primeros de mes que iniciaba una huelga de hambre y sus abogados denunciaron que su situación es “inhumana” desde hace 15 meses.

A nivel judicial, el año pasado la fiscalía portuguesa le declaró sospechoso -por miedo a que el caso prescribiera-. La investigación se está llevando a cabo en Alemania y está encabezada por Han Christian Wolters, que en junio de 2020 anunció que Brueckner era el único sospechoso, que tenía el caso resuelto al 90 por ciento y que tenía pruebas de que Madeleine estaba muerta. Las pruebas nunca han sido presentadas ante un juzgado, ni al abogado del sospechoso ni a la familia de Madeleine. Wolters se ha limitado a decir en varias intervenciones públicas que sigue trabajando para reunir las pruebas necesarias para poder completar el puzle. No tiene prisa porque no quiere cometer errores que puedan echar al traste tantos años de trabajo. Brueckner cumple 7 años de condena y pesan sobre él varios casos más de abusos, de los que todavía no ha sido juzgado. Mientras siga en prisión, Wolters seguirá trabajando y no realizará ningún anuncio hasta que no consigan su propósito.

A pesar del secretismo, sí ha trascendido algunas evidencias sobre el caso. Brueckner es un depredador sexual, que no ha parado de delinquir desde los 17 años. El sospechoso vivía en una localidad cercana a los apartamentos donde se alojaban los McCann. Una testigo vio a un hombre de sus características la noche en la que desapareció Madeleine. No pudo identificarlo, pero afirmó haber visto a un hombre que llevaba en brazos a un niño pequeño en pijama. Su teléfono móvil le sitúa cerca del lugar de los hechos una hora antes de que Kate se diera cuenta de que su hija había sido secuestrada. Además, numerosos testimonios de amigos y conocidos indican que Brueckner dijo que sabía donde estaba Maddie, que soñaba con poder raptar a un menor para poder abusar de él, que había habilitado en su furgoneta un habitáculo para ocultar a un niño y que tenía predilección por las niñas pequeñas. De hecho, no se descarta que tenga algo que ver con el caso de Inga Gehricke, una desaparición muy misteriosa y que a día de hoy sigue sin resolverse.

La familia de Madeleine, exhausta

Kate y Jerry McCann, a pesar de todo, no han perdido la esperanza de encontrar viva a su hija. Después de soportar el ruido mediático provocado por Julia Faustyna, la joven polaca que la joven polaca que dijo ser su hija, el corazón les dio un vuelco al conocer que se volvía a buscar en Portugal nueve años después de la última gran investigación. Esther McVey, parlamentaria británica y amiga de Kate McCann dijo que los últimos acontecimientos le han hecho un nudo en la garganta: “Ha habido tantas falsas esperanzas en el camino, la gente la ha visto, ha habido pistas, y sin embargo, no hemos encontrado a Madeleine. Y de verdad espero que esto llegue al final y que la familia pueda acabar con esto”. McVey recordó una conversación, muy reveladora, de la situación por la que vive la familia: “Recuerdo que la última vez que hablé con Kate, me dijo: ‘Esther, vivir con esperanza es agotador, no dormir, despertar y vivir cada momento con la esperanza de verla. Es simplemente agotador’”.

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