Los Palmeros de Chacao: fe que continúa intacta en el corazón de El Ávila

Redaccion El Tequeno

Era víspera de Semana Santa del año 1776 y una epidemia arropó a la capital de la Provincia de Venezuela. En ese entonces, el párroco pidió a sus feligreses que mandaran a sus peones a subir la montaña y trajeran las palmas reales para el Domingo de Ramos. Éstos escalaron el cerro entre plegarias y oraciones para que la enfermedad desapareciera, lo cual sucedió, todos sanaron.

El Carabobeño

Una tradición que data desde finales del siglo XVIII y que marca el inicio de la Semana Santa en Venezuela, evoca el pasaje bíblico de la entrada de Jesús a Jerusalén. Se trata de los Palmeros de Chacao, que ya suman más de 240 años subiendo al corazón de El Ávila, el emblemático pulmón vegetal caraqueño, y bajando con sus palmas para recibir la ansiada bendición.

Este 2022, los Palmeros reviven la bajada después de dos años a media máquina por causa de la pandemia. La tradición ganó la declaratoria de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por parte la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el año 2019.

El medio digital La Patilla entrevistó al secretario de la Asociación Civil Palmeros de Chacao, Richard Delgado, para conocer un poco la historia de esta tradición.

Contra una epidemia
Era víspera de Semana Santa del año 1776 y una epidemia arropó a la capital de la Provincia de Venezuela. La enfermedad cobró la vida de cientos de habitantes de la zona de Chacao. El párroco de la Iglesia de San José, padre José Antonio Mohedano, oraba incesantemente para que la peste se alejara de su feligresía.

En una eucaristía el párroco pidió a sus feligreses que mandaran a sus peones a subir la montaña (hoy El Parque Nacional Waraira Repano conocido desde 1778 hasta el 7 de mayo de 2011 como Parque Nacional El Ávila) y trajeran las palmas reales para el Domingo de Ramos. Estos escalaron el cerro entre plegarias y oraciones para que la enfermedad desapareciera.

Tres días transcurrieron para que los trabajadores de las haciendas repartieran las hojas en las casas de las familias afectadas. Llegó el Domingo de Ramos y todos los enfermos sanaron. Así esta tradición de traer las palmas de la montaña trascendió de generación en generación.

Tres días en la montaña
En relación a la actividad este 2022, Delgado explicó “Antes se subía hace una semana, venían palmeros de Petare, de Baruta. Estamos hablando de los años 1960. Después con la modernidad y se crea el instituto nacional de parques eso cambio y ahora los palmeros suben el día miércoles y bajan el sábado 9 de abril”.

Al conversar con Richard Delgado y ver sus ojos, se puede observar el amor y la pasión por lo que hace, y es que busca que el legado dejado de generación en generación se mantenga por muchos años más.

“La primera esencia para que las tradiciones se mantuvieran en el tiempo y fuera reconocido como buenas prácticas nos preguntaban en los talleres de la Unesco es el árbol de los problemas, que nos veía la gente, nos ve como gente de amor, nuestra primera tradición es la montaña, nuestra familia, el amor a la familia a nuestros ancestros, ese es nuestro gran secreto” “Es el amor a la familia donde está el amor a la palma bendita” agregó.

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