El Parlamento Europeo dio este jueves su visto bueno para que la Unión Europea entregue 18.000 millones de euros en préstamos a Ucrania durante 2023 para cubrir sus necesidades macrofinancieras, un nuevo paquete de asistencia que aún debe ser aprobado por los países del club comunitario por unanimidad.
La propuesta, presentada hace apenas unos días por la Comisión Europea, fue avalada con 507 votos a favor, 38 en contra y 26 abstenciones, y servirá para cubrir “aproximadamente la mitad” de las necesidades de Ucrania para el año próximo, que se estiman entre 3.000 y 4.000 millones de euros al mes.
“El dinero irá a apoyar los servicios públicos esenciales, como el funcionamiento de hospitales, escuelas, y proporcionar vivienda para la gente desplazada, así como a la estabilidad macroeconómica y la restauración de infraestructuras críticas destrozadas por Rusia”, indicó la Eurocámara en un comunicado.
De acuerdo con la propuesta del Ejecutivo comunitario, el dinero se conseguirá con la emisión de deuda en los mercados financieros respaldada por los márgenes del presupuesto de la UE y se desembolsará a Ucrania en forma de créditos a largo plazo con condiciones favorables.
La UE cubrirá el coste de los intereses de los préstamos y Kiev no tendrá que empezar a devolver el principal hasta 2023, según recordó durante el debate parlamentario el comisario europeo Virginijus Sinkevicius.
Cada desembolso estará condicionado a que Ucrania cumpla con ciertas reformas destinadas a mejorar su calidad institucional y preparar la reconstrucción del país una vez que acabe la guerra, lo que incluye medidas contra la corrupción, reformas judiciales, para el respeto del Estado de Derecho, la buena gobernanza o la modernización de sus instituciones, recordó la Eurocámara.
Desde el inicio de la guerra la UE ha proporcionado cerca de 20.000 millones de euros en ayuda a Ucrania, de los cuales 6.700 millones han sido en forma de ayuda macrofinanciera para sus necesidades más urgentes. El nuevo paquete permitirá mantener una ayuda “estable y predecible” el año próximo, subrayaron los eurodiputados.
Esta nueva dotación tiene ahora que recibir el visto bueno de los ministros de Finanzas de los Veintisiete en su reunión del próximo 6 de diciembre, pero Hungría ha anunciado que vetará la medida, que requiere unanimidad de los socios para salir adelante.
Aunque legalmente no tienen vínculo alguno, la retirada del veto húngaro probablemente dependerá de las decisiones que adopten los Estados del bloque, previstas para ese mismo día, sobre la aprobación de su plan de recuperación y la congelación de fondos de cohesión por sus deficiencias en materia de Estado de Derecho.
La Comisión prevé dar la semana que viene el visto bueno al plan de recuperación por el que Budapest recibirá 5.800 millones de euros, pero al mismo tiempo pedirá congelar el desembolso de 7.500 millones en fondos de cohesión al país, tal como avisó en septiembre, por considerar que Hungría no ha hecho lo suficiente para atajar los problemas detectados en materia de Estado de Derecho, según pudo saber EFE de fuentes comunitarias.
La decisión final sobre todos estos dosieres dependerá de los Estados miembro.