Sin detergente ni cloro, el personal de limpieza e incluso las propias enfermeras se sienten de manos atadas. La mugre no sólo es patente en baños y cuartos, sino también en las escaleras y áreas comunes del hospital centinela de Los Teques.
«A veces son los propios pacientes quienes traen algún producto para limpiar», narra una de las enfermeras mientras muestra el estado en el que se encuentra uno de las habitaciones.
Filtración en paredes, camas destartaladas, lámparas sin bombillos y baños sin agua, es la realidad que desde hace meses atraviesa el Hospital Victorino Santaella HVS.
Sus trabajadores insisten que es gracias al esfuerzo de médicos y personal en general que siguen operando, «no es sólo falta de higiene, sino también de insumos, hay un esfuerzo grande de quienes acá hacemos vida», agrega la mujer.
El Santaella es el hospital centinela de los Altos Mirandinos para atender los casos de Covid-19, hasta la fecha no hay cifras oficiales de cuántas personas permanecen aisladas en la actualidad con el virus.
«Hay pisos enteros del HVS que siguen abandonados, sirven de depósito de camas viejas, equipos dañados, se acumula el polvo e incluso hay gente que los usa de baño», denuncia la enfermera.
Agrega que muchas de las habitaciones no cuentan con bombillo por lo que los familiares de los pacientes deben traerlos e improvisar lámparas para en la noche tener algo de luz.
Indica que con el inicio de la cuarentena la situación se agravó, «por falta de transporte el personal no puede venir a trabajar, cada vez hay menos personas de limpieza e incluso de salud», reseña.
Daniel Murolo
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