El PCV apoyó al gobierno del fallecido presidente socialista Hugo Chávez (1999-2013) desde sus inicios, pero rompió filas cuando Maduro, también de izquierdas, comenzó a flexibilizar los férreos controles para dinamizar la economía.
La intervención, anunciada el viernes de noche por la corte suprema, de línea oficialista, es “un mandato de intervención, de asalto, de usurpación del Partido Comunista de Venezuela (PCV)”, dijo el secretario general de la organización, Oscar Figuera, en una declaración a la prensa.
La sentencia, similar a otras emitidas en 2020 contra algunos partidos opositores, ordena el nombramiento de una “junta directiva ad hoc” para que organice los “procesos democráticos internos que garanticen los derechos a la participación política de los asociados” al PCV.
La nueva junta del PCV estará presidida por Henry Parra, un dirigente que en julio pasado presentó un recurso contra la directiva comunista alegando que excluía a las bases de la organización, según se indicó en el fallo.
Figuera asegura que ni siquiera está inscrito como militante del PCV, que más temprano, en un comunicado, tachó la medida de “fraude procesal”
“Crea un grave precedente en la historia política y jurídica del país, sino que deja al descubierto el carácter autoritario, antidemocrático y reaccionario del gobierno”, señaló el texto.
“Neoliberal”
Figuera tacha de “neoliberal” a Maduro, que liberó precios y permitió el uso del dólar como moneda de facto, después de años de que fuera considerado un crimen.
Maduro por su parte se ha referido a una “izquierda cobarde, derrotada, fracasada” y ha arremetido contra dirigentes “trasnochados” y “desleales”, entre los que se incluyen exministros y excolaboradores, que rompieron filas principalmente por esta estrategia económica.
“Intentan acallar las voces que se enfrentan a la política neoliberal”, insistió Figuera. “Intentan crear una falsa polarización para impedir que surja una opción verdadera desde el campo popular, desde el campo de los trabajadores”.
Las diferencias también han tenido que ver con la “cúpula” que dirige el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que fundó Chávez en 2008 con el objetivo de congregar en una sola organización política a todas las toldas que apoyaban su gobierno.
El PCV se mantuvo autónomo, aunque igual del lado del chavismo.
“Hay una diferencia ideológica importante”, explicó a la AFP el politólogo Nicmer Evans. “Un partido socialista como el PSUV puede tener una visión no privilegiada hacia la clase trabajadora, como sí lo tiene el Partido Comunista, que la pone primero”.
El PCV “Estorbo electoral”
El consultor político Pablo Andrés Quintero estimó que la intervención responde a una “estrategia del gobierno” por “razones políticos electorales”.
Maduro busca un tercer mandato de seis años en las presidenciales de 2024, aunque el mismo mandatario ha insinuado la posibilidad de adelantarlas para este año.
El PCV, sostuvo Quintero, representa “un problema a mediano plazo en las elecciones”. “Es un partido que ha estado muy cerca del gobierno, conoce todos sus movimientos, su capacidad de respuesta, conoce cada figura política a la perfección”.
“Es un partido con experiencia y lo que está buscando el gobierno es simplemente eliminar esos estorbos electorales”.
En 2020 la máxima corte ya intervino Patria Para Todos (PPT) que, como el PCV, era aliado del chavismo en sus inicios, y otras toldas opositoras tradicionales como Acción Democrática (AD), Voluntad Popular (VP) y Primero Justicia (PJ).
“Esto es una escalada que se inicia en esta nueva etapa con la intervención del Partido Comunista de Venezuela y que va a terminar, sin duda alguna, en la suspensión de las primarias y en el adelanto de las elecciones presidenciales como estrategia del gobierno”, pronosticó Evans.