Tanto la fase de postulación de candidatos como la celebración de las primarias pautadas para el 8 de agosto “son un acto de fe”, debido a que ni los candidatos ni la militancia tiene el derecho de reclamar por un resultado adverso, aseguró el politólogo Sergio Graffe.
Agrega que no les queda una copia del acta de escrutinios y la decisión final queda a la discreción de la Dirección Nacional del partido, «que puede recurrir al mecanismo de cooptación establecido en los estatutos internos para cambiar un candidato por otro por el bien superior de la revolución”.
Otra lectura sobre ese proceso es que se trata de un intento por reanimar a las bases del Psuv «porque están en una etapa crítica de desmotivación y desmovilización, debido a que la enorme impopularidad de Maduro les imposibilita el activismo político en las comunidades, especialmente en los sectores más vulnerables porque los bonos ni las bolsas de los Clap´s representan una solución a la grave situación económica del país, ni los pueden utilizar como mecanismo de chantaje o presión para obligar al voto a favor de sus candidatos».
Graffe asegura que otro elemento a considerar es que los candidatos que no tengan “padrinos” en la Dirección Nacional del Psuv no tienen ninguna opción de salir favorecidos porque se observa que se trata de una distribución de cuotas por grupos de poderes que se repartieron las postulaciones y así garantizar la sobrevivencia política a lo interno del partido, sin importar los resultados emitidos por las bases.
El caso de Miranda es un ejemplo que permite explicar lo dicho anteriormente, debido a que, por ejemplo, Elías Jaua fue postulado para candidato a Gobernador por un significativo número de ubeches pero no apareció en la lista de los 10 postulados; y la razón es que ya no es parte de un grupo importante de poder y está pagando las críticas que hace a Maduro sobre el abandono al legado de Chávez, al punto que fue execrado del gobierno y se vió obligado a apoyar a Aurora Morales para la gobernación pero sin ninguna opción de triunfo por parte de la actual Presidenta del Consejo Legislativo Regional.
La pelea interna en Miranda será entre Claudio Farías, pupilo de Diosdado Cabello, y el actual gobernador Héctor Rodríguez, que cuenta con la bendición de Maduro; pero a pesar del rechazo que tiene Rodríguez en el estado, está tratando de ir a la reelección aunque sea por negociación en la cúpula del Psuv.
El caso de los municipios Guaicaipuro y Carrizal es emblemático porque violentó los estatutos del Psuv y el Reglamento Electoral interno del partido y a los que se han atrevido a denunciar esta irregularidad, les han respondido con el silencio.
El establecimiento del 30% como cuota mínima de postulación exigida a las actuales autoridades (gobernadores y alcaldes en ejercicio) para poder ser postulados a la reelección es una estrategias para sacarlos del juego sin que puedan reclamar; y así el Psuv aparecer como que ellos mismos resolvieron sus asuntos internos y que el nuevo candidato no cargue con la “raya” de la anterior autoridad. Eso pasó con la actual alcaldesa de Guaicaipuro, Wisely Alvarez, que fue sacrificada para la reelección pero se vió obligada a guardar silencio por el temor a una investigación administrativa que pueda traer mayores consecuencias.
En Carrizal apareció algo parecido: las ubeches “rasparon” al actual alcalde Farith Fraija, pero como es un “protegido” de un grupo de poder, como por arte de magia apareció entre los nominados en Guaicaipuro y ahora cuenta con la venia del actual gobernador, que tuvo que acogerlo entre sus pupilos debido a que los demás no tenían la imagen para enfrentar a Rubén Díaz, de la corriente de Cabello; y entre éstos dos se definirá el candidato del Psuv para la alcaldía en un resultado “cantado”, indistintamente de los resultados de las primarias del 8 de agosto.
Daniel Murolo
