“El problema es que el Gobierno habla de producción, pero en Venezuela realmente no hay producción, el país está totalmente paralizado”, así lo dijo Antonio García, caficultor de Sanare, al referirse al interés del régimen nacional de reunirse con los productores de alimentos en el país para buscar controlar el aumento de los costos.
García indicó que los municipios Andrés Eloy Blanco, Morán y Jiménez, así como las zonas de Cubiro, Aguas Negras, San Miguel, Guarico o Humocaro son sectores donde abundaba la producción de alimentos, como la papa, el repollo o el tomate y actualmente el trabajo ha mermado considerablemente.
“Ellos nunca van a poder controlar el precio porque hay una fórmula muy sencilla. Cuando existe una producción buena de un alimento o producto, el precio no será costoso porque hay variedad y se encuentra fácilmente en el mercado. El problema radica cuando la producción es escasa, ahí los precios son más altos y eso es incontrolable”, puntualizó Gerardo Castillo, productor de la localidad de Duaca, al norte del estado Lara.
Uno de los principales motivos por lo cual la producción de alimentos mermó se encuentra en la falta de apoyo crediticio por parte del Estado o los bancos para los agricultores, caficultores, entre otros rubros relacionados con la alimentación.
Los productores coinciden en que en muchas ocasiones deben acudir a prestamistas para sacar adelante una cosecha y los resultados suelen ser trágicos, porque deben pagar el préstamo, pero con un costo, en algunos casos, tres veces mayor al solicitado inicialmente.
“Estamos a nivel nacional en la misma situación. Vías prácticamente intransitables, combustible escaso o a precios sumamente altos y pocas oportunidades para poder trabajar de forma correcta”, enfatizó García, añadiendo otras circunstancias que están presentes en el diarismo de los trabajadores en los campos venezolanos.
Castillo confirmó que a los productores de Duaca se les indicó por órdenes del Gobierno nacional que para poder sembrar, cosechar y comercializar necesitan sacar un nuevo permiso llamado Runsai (Registro Único Nacional de Salud Agrícola Integral). “A pesar de estar al día todos los años, están buscando la manera de ponerle más trabas al productor, en vez de pensar en el trabajador y aligerar las cargas para que podamos desempeñarnos de forma más sencilla, nos complican nuestras labores”, indicó con preocupación el productor.
