Las fuerzas españolas de seguridad detuvieron a diez personas de varias nacionalidades por la explotación sexual de una treintena de mujeres suramericanas, entre ellas, cinco venezolanas, en viviendas ubicadas en La Coruña, Denia, Toledo y Álava, donde eran encerradas y obligadas a consumir cocaína.
La Guardia Civil informó que fueron liberadas cinco víctimas colombianas y venezolanas, que eran forzadas a prostituirse.
Los detenidos son cinco hombres y cinco mujeres: cuatro de nacionalidad dominicana, tres venezolanas, dos españolas y una colombiana, presuntos integrantes de la organización delictiva, dedicados a captar a las victimas, su traslado y control.
Se les imputan los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y delito contra la salud pública.
En varios registros domiciliarios fueron hallados numerosos comprobantes de envíos de dinero a otros países y 200 gramos de cocaína.
La operación comenzó por otra anterior desarrollada en Toledo, en una casa donde fue localizada, entre otras, una víctima venezolana, a la que los agentes convencieron de que denunciase.
La mujer, con un pasado «muy duro», según fuentes consultadas por EFE, desconfiaba y tenía mucho miedo a la organización que la explotaba, pues estaba amenazada con represalias para sus familiares en el país de origen.
Finalmente, los agentes la convencieron con un argumento: su denuncia podía ayudar a otras mujeres a salir de esa situación de explotación, así que se decidió. Era octubre de 2019 y la Guardia Civil comenzó a investigar a la red criminal.
Los explotadores publicaban anuncios (más de 3.000) de servicios sexuales en diferentes páginas de Internet, parte desde la República Dominicana.
El número total de víctimas detectadas y controladas por la red desmantelada asciende a más de treinta mujeres de varias nacionalidades de Suramérica, todas ellas en clara situación de necesidad y vulnerabilidad.