Las reservas de oro del Banco Central de Venezuela (BCV) cayeron aún más en el segundo semestre de 2022. Solo en ese año, la institución liquidó alrededor de 10 toneladas de oro monetario por un aproximado de 650 millones de dólares.
De acuerdo con los últimos estados financieros del BCV en su página web, al 31 de diciembre de 2022 la nación acumula alrededor de 69 toneladas de oro en las bóvedas del Central y en instituciones financieras del exterior.
Ello significa que, en 10 años, se liquidaron cerca de 306 toneladas de oro de las reservas, equivalente a más de 25.500 millones de dólares, sin rendición de cuentas ni explicaciones de la caída por parte de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Todo ello en una década en la que Venezuela vivió la peor crisis económica de su historia contemporánea, con cifras récord de pobreza, desabastecimiento, hiperinflación y caída en la producción petrolera.
La cifra actual de 68 toneladas de oro, equivalentes a 3910 millones de dólares según los estados financieros del BCV, no representan ni una cuarta parte de lo que llegó a tener Venezuela en sus reservas durante la segunda mitad del siglo XX y los primeros 10 años del siglo XXI.
Las reservas de oro venezolano empezaron a caer de forma importante en 2015, cuando se sintieron los primeros efectos del desplome de los precios petroleros y Pdvsa redujo su producción por desinversión y presuntos desfalcos por corrupción.
Ello hizo que el BCV gestionara préstamos con bancos internacionales para cubrir pagos de importaciones y deuda pública, poniendo como garantía el oro de las reservas.
Por la falta de pago de canjes a Citibank y Deutsche Bank en 2019, estas instituciones vendieron las barras que tenían como garantía y la diferencia fue depositada en cuentas del BCV en el exterior: $380 millones depositados por Citibank en una cuenta en Estados Unidos (congelado por su gobierno al no reconocer el de Maduro) y $120 millones en disputa en Londres.
La crisis petrolera, la pandemia y las sanciones aplicadas por EE. UU. pusieron en aprieto financiero al gobierno de Maduro y en 2020 continuó la política de liquidación de reservas. Voceros de la oposición denunciaron que, entre 2014 y 2021, el Gobierno vendió oro de forma ilícita para acceder a dinero en efectivo, eludiendo las sanciones internacionales.
En la operación participaron países como Malí, Emiratos Árabes Unidos y Rusia, denunció la oposición. Los lingotes presuntamente eran trasladados desde Venezuela en un avión ruso hasta una refinería en Malí y de allí a Emiratos Árabes, Libia o Suiza a cambio de efectivo.
Las sanciones estadounidenses sobre Pdvsa y el BCV impiden que ambos entes, o cualquiera relacionado directamente con la República, acceda al sistema financiero internacional, por lo que operaciones como pagos de proveedores se realizan, casi por completo, en efectivo.
Ni el Gobierno ni el BCV han informado hacia dónde están siendo dirigidos los recursos provenientes de la venta de oro de las reservas o de cualquier otra actividad, como la petrolera, la minera o la recaudación tributaria.
Expertos estiman que solo en exportaciones petroleras el país percibió más de 17.000 millones de dólares en 2022, aunque, según la especialista Pilar Navarro, casi 60 % de lo que generan las exportaciones se va en pago de deudas, descuentos y costos de envío.
Consultoras como Síntesis Financiera y Aristimuño Herrera & Asociados calculan que, solo para contener el mercado cambiario, el BCV vendió entre 4000 y 5000 millones de dólares a la banca el año pasado, aunque no hay certeza del origen de los recursos, ni de si fue poco o mucho.