La sorpresiva purga de funcionarios chavistas dejó al descubierto, como nunca antes, las profundas divisiones en el seno del régimen de Nicolás Maduro. El aparato de propaganda de la dictadura sostiene que se trata de una lucha contra la corrupción. Pero el verdadero trasfondo es otro.
Andrés Izarra, ex ministro de Comunicación de Hugo Chávez, comentó en diálogo con Infobae que lo que está sucediendo en Venezuela “es una lucha de poder” entre Maduro y uno de los hombres de mayor peso del régimen: Tareck El Aissami.
“Tareck El Aissami, que era el ministro de Petróleo hasta ahora que acaba de renunciar, era una persona de mucho poder dentro de la estructura del madurismo. No solamente era presidente de PDVSA, que le daba mucho acceso a los principales recursos con los que cuenta el país, sino además controlaba una estructura política importante. Tenía varios gobernadores que eran de su equipo, ministros… Es decir, controlaba poder dentro del ejecutivo, poder económico, servicios de inteligencia, cuerpos armados…”, señaló Izarra, quien se encuentra “desterrado” en Alemania, sin poder volver a su país.
Apuntó, además, que el ex ministro de Petróleo, sancionado por Estados Unidos, también es un funcionario con importantes relaciones internacionales, principalmente “con rusos, turcos, sirios, con Hezbollah…”.
El ex ministro chavista reconoció que Maduro siempre le ha permitido a su círculo cercano beneficiarse de la estructura criminal que montó desde su llegada a Miraflores. “Pero Maduro lo que sí no permite es que le disputen el poder”, aseveró.
Según indicó, el dictador inició la purga de funcionarios chavistas luego de descubrir “que lo que había era un poder muy grande que se había construido a sus sombras”. “Ahora Nicolás va por la cabeza de Tareck El Aissami para descabezar ese poder”, advirtió.
En los últimos días las primeras versiones revelaban una supuesta pelea interna entre los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez contra El Aissami. Izarra comentó que “los hermanos son ejecutores políticos de Maduro, no están actuando solos”.
La Policía Nacional contra la Corrupción (PNCC), un cuerpo que actúa bajo la mayor reserva, detuvo hasta el momento a seis funcionarios. Tres de ellos con estrecho vínculo con el ex ministro de Petróleo: el coronel Antonio Pérez Suárez, vicepresidente de Comercio y Suministro de Calidad de PDVSA; Joselit Ramírez, superintendente de Criptoactivos de Venezuela (SUNACRIP), que maneja los fondos de la industria petrolera a través de criptomonedas; y el diputado Hugbel Roa.
En este contexto, este lunes El Aissami renunció a su cargo y expresó en sus redes sociales su apoyo a las acciones del régimen: “En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en PDVSA; he tomado la decisión de presentar mi renuncia como Ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso”.
En medio del fuego cruzado, la cúpula chavista también busca negar internas y fracturas. El poderoso dirigente Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dijo que “estas cosas lo que hacen es unirnos más a Chávez”. Y acotó que “en la revolución no tienen espacio los corruptos”, sin hacer referencia a El Aissami.
El domingo el Ministerio Público (MP, Fiscalía), a cargo de Tarek William Saab, informó que investigará a un grupo de funcionarios públicos, detenidos por la Policía Anticorrupción, que “aparecen incursos, presuntamente, en graves hechos de corrupción”. Al igual que Cabello, el fiscal general evitó referirse a El Aissami.
Pese a estas palabras y comunicados emitidos por la dictadura, Izarra aclaró que “Maduro no castiga la corrupción”: “Lo que tratan de vender es una guerra contra la corrupción. Pero el madurismo usa la corrupción para controlar las ambiciones de los grupos que lo conforman. No lo puede castigar, porque el madurismo es la corrupción. Es un gobierno que se estructura sobre la corrupción”.
El lunes por la noche el propio Maduro rompió el silencio y se refirió a este caso con una fuerte advertencia: “Hemos dado un poderoso golpe a los mafiosos, a las mafiosas. Y tengo la absoluta voluntad de ir hasta la raíz para desmembrar todas estas mafias que hemos descubierto con las manos en la masa”.
También se pronunció sobre la renuncia de El Aissami: “Me ha hecho llegar su renuncia al cargo de ministro de Petróleo y su disposición a aportar toda la información que maneja y a apoyar todas las investigaciones contra estos grupos de bandidos y mafiosos. He decidido aceptar la renuncia para facilitar todas las investigaciones que deben dar como resultado el establecimiento de la verdad, el castigo de los culpables y la justicia en todos estos casos de todos los frentes que hemos abierto en la batalla contra la corrupción”.
Izarra, quien acusó a Maduro de haber “traicionado” al chavismo al imponer en Venezuela “un proyecto neoliberal de derecha, medio fascistoide”, lamentó que “mientras estos gangsters se roban miles de millones, los muertos los pone el pueblo”: “Los recursos del Estado están en manos de estas mafias; no hay dinero para los maestros, para los jubilados, para las enfermeras…”.
Auguró, por su parte, que esto es recién el comienzo de una feroz interna y aclaró que seguramente El Aissami no se dejará caer “sin dar pelea”, ya que se trata de “un tipo con mucha capacidad política y económica”. “Esto apenas empieza. El régimen lo puede detener; pero no sé si eso le conviene al madurismo, quizás sería darse un tiro en el pie. Tareck puede contraatacar y revelar cosas que sabe, porque sabe mucho”, concluyó.