Un rincón asombroso para correr justo donde culmina la Gran Sabana

Redaccion El Tequeno

Madrugar -como todo runner que se respeta-, para correr varios kilómetros por la carretera de tierra que lleva hasta este emblemático lugar, es una experiencia alucinante. 

Toda catedral que se precie (si no sería una iglesia) exhibe orgullosa un campanario, al menos una docena de vitrales, un gran altar, confesionario y bancos. Pero la que se encuentra en la vía hacia El Paují, al sur del Estado Bolívar, a unos 75 Kilómetros al oeste de Santa Elena de Uairén, no necesita nada eso. 


No tiene imágenes, altas columnas, claustro o sacristía. Su principal atractivo es su enorme bóveda creada por las ramas de los frondosos árboles centenarios que la rodea; cúpula natural que resguarda celosamente una de las mayores “reliquias” de la Gran Sabana: una cascada de 15 metros de altura conocida como Salto Catedral.


Nadar en sus frías aguas rojizas energiza el cuerpo y hace olvidar el largo trayecto para llegar hasta ella. El recorrido desde Santa Elena se hace en poco menos de dos horas, por la carretera que conduce a Icabarú, una vía con vista a inmensos tepuyes, flanqueada de selvas impenetrables y extensas sabanas. 


Se abandona la comodidad del vehículo (rústicos) faltando unos 12 kilómetros para llegar a El Paují; el sendero que lleva al salto está ubicado justo en el “Camping Catedral”, un restaurante con área para acampar propiedad de la familia Amiel.

 
La caminata o trail running es de unos 15 minutos por un sendero bien señalizado y sin mayor dificultad. La vegetación tupida impide ver el salto hasta que se está a escasos 20 metros. El pozo sobre el que cae la cascada es poco profundo, rodeado de piedras y con un piso de arena rosada debido al gran número de minerales que posee. 


Acampar en la zona, que es mi recomendación, es toda una experiencia. La familia Amiel, que llegó a la Gran Sabana hace más de 30 años procedente de Israel, logró crear un campamento con ambiente familiar en estrecha comunión con la naturaleza. 


Para quienes disfrutamos correr y dormir al aire libre, ofrecen una amplia zona de camping, donde por pagar un precio módico por vehículo puedes armar tu carpa y tener acceso a duchas y baños. Igualmente tienen hospedaje en cabañas equipada con agua caliente, ubicadas en medio de la selva, con capacidad para 4 y 6 personas. 

 
Pero sin duda lo mejor de Camping Catedral es su restaurante, atendido por Orinoco, Lior y Hod (hijos de Josy e Irit), ofrecen desayunos, almuerzos y cenas, expertos en comida vegetariana elaborada con productos del huerto familiar.

Es imperdonable pasar por allí y no probar el vino, las infusiones y la mermelada de malva (flor de jamaica), hechos por Irit; así como los jabones de tierra, propóleo y miel, esta última famosa por su alta calidad procedente de floración amazónica salvaje; todos estos productos  elaborados artesanalmente en base a cosecha ecológica, 100 % pura y natural. 


En la zona, famosa luego que en 1942 un minero descubriera el diamante más grande de Venezuela y uno de los diez más grandes del mundo, tiene otros sitios de extraordinaria belleza natural que debe conocer, mi recomendación: El Abismo. 


Ubicado a 20 km del campamento, justo en la población de El Paují, es un mirador al que se accede subiendo una montaña, la sensación es abrumadora, es estar en la cima de un tepuy contemplando desde lo alto la imponente selva amazónica. Literalmente es el punto donde culmina la Gran Sabana.

Si amas el trail running, debes incluir este destino en tus planes de «lugares por correr» dentro de nuestra hermosa Venezuela. 

Daniel Murolo

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