El régimen de Nicolás Maduro reconoció este fin de semana la presencia de la variante BA.5 de ómicron en Venezuela, mientras siguen aumentando los casos en un país donde solo 49,8 % de sus habitantes tiene las dos dosis de la vacuna y 16% la pauta completa.
Guiomar López | Prensa de Lara
El reciente llamado de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) fue contundente ante la necesidad de incrementar la producción de vacunas contra la COVID-19 y poder cubrir la demanda en el mundo. Los especialistas no tardaron en exigir mayor cobertura, al recordar que los reportes conocidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) precisan que el 49,8% de los venezolanos tienen las dos dosis, mientras otro estudio revela que, hasta finales de junio de 2022, sólo el 16% tiene tercera dosis.
La cuarta ola de COVID-19 en el país llama a seguir en la prevención con la subvariante centaurus por su potencial contagioso hasta cinco veces más alto. Pero las personas aún tienen temor de vacunarse.
Para Jaime Lorenzo, presidente de la organización Médicos Unidos de Venezuela, en 2021 la carrera farmacéutica para producir vacunas fue contrarreloj, teniendo la denuncia de la OMS sobre la falta de accesibilidad a la inmunización en países en desarrollo. «Lo que se necesitan es vacunas certificadas, incluso en aquellos candidatos que han dejado pasar el tiempo y siguen sin cumplir el protocolo internacional», precisa.
Recalca que deben imperar vacunas efectivas, de acuerdo con esta evolución del coronavirus entre lo impredecible de sus mutaciones. «No debemos confiarnos, porque aún con esta subvariante muy contagiosa y menos letal, sigue fallando la inmunización con los refuerzos junto al descuido colectivo», advierte.
Rechaza la exagerada confianza de asumir los síntomas de fiebre, congestión nasal, dolor muscular, vómitos y diarrea como si se tratara de un simple cuadro gripal. Esto lleva al riesgo de atenderlo desde casa y atreverse a la automedicación, sin confirmar un diagnóstico que permita evaluar la clínica en cada paciente y las amenazas por comorbilidad.
Hay suficientes justificativos para esta preocupación. Según Huniades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, asevera que desde la OPS conocen que la cobertura vacunal ha sido relativamente baja en América Latina y la información que manejan es que Venezuela apenas se acerca al 50% con doble dosis. También resaltan que un estudio encabezado por el infectólogo, Julio Castro, revelaba 15% con el esquema vacunal completo y el primer refuerzo.
«Lo que se busca es aumentar la cobertura a lo regional y así poder hacerle frente a estas subvariantes de ómicron altamente contagiosas», precisa, llamando a la activación de laboratorios en producción para no seguir dependiendo sólo de China con la vacuna Sinopharm y la rusa Sputnik V, que pueda tener ciertos retrasos por el conflicto con Ucrania. Además, que los candidatos vacunales cubanos no terminan de cumplir con todas las garantías.
Los especialistas se quejan de que los llamados del Gobierno nacional se quedan en lo político y no se ha implementado una campaña para la prevención. Un abordaje que abarca desde el recordatorio de las medidas básicas como uso del tapabocas, lavado de manos y respetar el distanciamiento social.
El gran reto es que la población entienda esa responsabilidad individual de protegerse con la vacunación, siguiendo las medidas de seguridad y acudiendo al médico en casos de presentar síntomas.
Puede dejar atrás inmunidad
Un cuadro gripal que también puede afectar en lo gastrointestinal es uno de los indicios de sospecha de padecer la subvariante centaurus y que pese a la ligera carga viral ni siquiera respeta la inmunización. Es la advertencia del infectólogo, Antonio Mata, al precisar que hasta se tienen casos en que disminuye ese proceso de reinfección, el cual tendía a manifestarse luego de los tres meses de recuperación y actualmente se pueden presentar hasta en menos de dos semanas.
Esa preocupación también es compartida por la doctora Luzmila Leal, miembro de Médicos Unidos de Venezuela, pide que se evite esa mentalidad antivacuna frente a la necesidad de protegerse con los refuerzos y en los lapsos correspondientes. También precisa el compromiso por acudir a consulta médica y así poder confirmar el diagnóstico.