Brics es la alianza comercial conformada por países de economías emergentes como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que cada vez captan más la atención del mundo por su creciente poder económico y su desarrollo sostenido desde que fue fundada en 2009.
En conjunto, estos países representan un 31,5% del PIB global y cuentan con más de 40% de la población mundial. Hoy los Brics superan el PIB del G7 (estimado en 30,7% en 2022) que hasta hace muy poco tiempo representaba el bloque económico más importante del planeta. A manera de recordatorio, el G7 está conformado por los Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania, Francia, Canadá e Italia.
Aunque no existen registros recientes consolidados, se estima que el intercambio comercial entre los miembros de los Brics superó los 500.000 millones de dólares en 2023.
Dado el crecimiento de las economías asiáticas extra-Japón y el enorme mercado y potencial de consumo que implica los casi 3 mil millones de habitantes de China e India, algunos países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Argelia, Egipto, Irán y Baréin quieren ser parte de los Brics.
Venezuela no es la excepción y, a principios de agosto, el presidente Nicolás Maduro anunció públicamente su intención de que nuestro país se sume a los Brics como una alternativa para profundizar las alianzas comerciales con los países miembros.
De hecho, recientemente la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, viajó a la India para afianzar lazos, así como plantear la firme intención de Venezuela de ser miembro de los Brics. La cumbre del poderoso bloque se llevará a cabo en Johannesburgo entre el 22 y 24 de agosto de este año y allí veremos si Venezuela puede lograr la membresía.
¿Qué gana Venezuela con los Brics?
Como bien hemos mencionado en muchas oportunidades, Venezuela tiene las primeras reservas certificadas de petróleo del mundo, contándose en 300 mil millones de barriles. Asimismo, tenemos las cuartas reservas de oro, las séptimas reservas de gas natural y las decimoprimeras de agua dulce del planeta. Esto sin contar las enormes riquezas de otros minerales, como el hierro, la bauxita, el níquel, el coltán, el uranio y muchos más.
Sumamos a lo anterior más de 500.000 kilómetros cuadrados de tierra potencialmente cultivable con abundante riesgo y una localización geográfica privilegiada que sitúa a nuestro país equidistante de los polos norte y sur de América y del continente europeo, lo que nos confiere grandes ventajas logísticas.
Dada la crisis económica que atraviesa Venezuela, y las sanciones impuestas por los Estados Unidos y Europa, sumarse a un bloque económico como los Brics abriría nuevas oportunidades en términos de mercado y de inversiones con sus países miembros.
Se espera que, para 2040, India y China sean las naciones con mayores demandas de energía y alimentos del mundo. Asimismo, el grupo de los Brics tienen como meta liderar iniciativas para la erradicación del hambre y la pobreza mundial para 2030. Además, se encuentra dentro de sus planes formar un Banco de Desarrollo que financie proyectos de sus países miembros y lograr una clara independencia económica de las políticas abrasivas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
Para nuestro país el ingreso a los Brics podría significar un aliento de cara a la crisis económica que vivimos, encontrando en los países miembros la posibilidad de desarrollar un mercado para nuestros productos, así como para poder salir del aislamiento comercial y financiero al que nos han sometido las potencias occidentales con las sanciones.
Visto desde una óptica económica, sin reparar en el pensar político y con la clara convicción de que los venezolanos de a pie no aceptamos ningún tipo de sometimiento económico por parte de los Estados Unidos y de la Unión Europea, vemos una posible membresía de los Brics como una muy buena alternativa para el desarrollo económico de nuestro país.
Pasará la cumbre de agosto y sin duda celebraremos, si somos aceptados en tan importante organización, representante de las economías emergentes del mundo.
Oscar Doval