Los planes que ha implementado el chavismo en materia económica no han sido suficientes, según afirman expertos. Recomendaron acabar con el financiamiento monetario y oficializar el uso del dólar, pues es difícil recuperar la confianza en el bolívar.
Prensa de Lara | María B. Jordán
En los últimos años, el Gobierno nacional aplicó tres reconversiones, una en 2008, la segunda en 2018 y la última en 2021, cuya finalidad era una estrategia para «rescatar su fortaleza y su referente como expresión» de la economía del país, suprimiendo 14 ceros a la moneda de circulación nacional que es el bolívar.
Por otro lado, el Estado busca la estabilidad del tipo de cambio a través del aumento de la oferta de divisas en efectivo en la banca local y la limitación de la expansión del crédito y el gasto público, pero han sido estrategias a corto plazo, porque a la larga no han dado resultados. Según Luis Oliveros, economista, considera complicado que se logre recuperar el valor de la moneda venezolana porque las personas han perdido su confianza y prefieren buscar dólares.
«Por la inflación se ha perdido la capacidad de compra y el Gobierno nacional no tiene herramientas suficientes para atenderlo», dijo el economista, señalando que a pesar de que reconoce que se ha disminuido el gasto público, eso no es suficiente para lograr que el bolívar tenga nuevamente valor e incluso considera que es casi imposible.
Carlos Ñáñez, quien también es economista, explicó que la destrucción del valor del bolívar responde a una depreciación monetaria que es la pérdida de su poder de compra, «porque se necesitan más bolívares para adquirir un producto».
Explicó que en agosto el valor del dólar reflejado en bolívares superó los 8.70 en el mercado negro y 7.01 en el Banco Central de Venezuela (BCV), el bolívar perdió un 60% su poder hasta el día de hoy; eso se traduce en una sobrevaloración de la moneda en comparación con el dólar.
El economista, Luis Oliveros, destacó que esto trae como consecuencia que la gente pierda la confianza en la moneda de circulación nacional y prefiera adquirir dólares, por lo que recomienda que se dé una dolarización de manera oficial, pero que también se acabe con el financiamiento monetario y se tengan más ingresos que gastos en el país.
José Guerra, economista, a través de un portal web también concuerda que la desconfianza de la gente es muy grande y el bolívar no lo ven atractivo. «Por eso la moneda se devalúa, porque la gente quiere salir de ella». Agregó que el BCV no tiene cómo aguantar la demanda de divisas porque no cuenta con oferta de dólares.
Según Luis Bárcenas, economista, explicó que en un estudio de la consultora Ecoanalítica, el bolívar en efectivo que aún circula es en el mercado informal, es decir, que sólo se puede cancelar bienes que no superen el valor de un dólar, además de pasajes, porque para hacer una compra, un mercado, las personas deben tener dinero en sus cuentas bancarias o dólares en efectivo.
Más afectados
Con la pérdida del valor del bolívar los más afectados son las personas que devengan un salario en esta moneda, además de los jubilados, pues deben destinar mayor cantidad de dinero por menos productos, en el caso de los artículos de la canasta alimentaria y no les rinde.
Precios de la comida en alza
El valor del dólar en Venezuela se disparó en un abrir y cerrar de ojos en el mes de agosto, superando la barrera de los Bs. 8, por lo que para ese momento la comida aumentó hasta un 54%, según los datos que maneja LA PRENSA.
Por ejemplo, en los primeros días de agosto el kilo de carne se podía conseguir en Bs. 35.50, pero para los últimos de mes rondaba los Bs. 54; en el caso de la pasta su alza fue de un 51%, pasando de Bs. 6.15 a Bs. 9.30; lo mismo sucedió con el pollo que pasó de Bs. 30.50 a Bs. 43.50, representando un aumento del 42%; incluso la harina PAN que es uno de los productos más buscados por la gente pasó de Bs. 7.32 a Bs. 9.92 impactando el bolsillo del venezolano.
Economistas señalan que esta situación genera más pobreza en los venezolanos, porque el dinero que siguen devengando es la misma cantidad, pero a la hora de hacer las compras son menos productos y su calidad de vida va disminuyendo con el tiempo.
