Imágenes exclusivas: Los tesoros del museo por el que Maradona y Claudia Villafañe pelearon en la Justicia

Redaccion El Tequeno

Son más de 400 artículos de un valor incalculable. Por su dueño, por el significado simbólico, porque retratan distintas etapas de su carrera, porque muchos de ellos representan verdaderos hitos en la historia del fútbol argentino. Forman parte del “museo” que Diego Maradona supo reclamarle en la Justicia a Claudia Villafañe, su ex esposa; una puja que quedaría extinguida tras la muerte del astro, el pasado 25 de noviembre, excepto que alguno de los herederos desee continuarla. Luego, el destino de los tesoros terminará de resolverse en la sucesión, que tiene abiertos frentes en varios países.

Por infobae.com

Alguna vez Villafañe aseguró que las camisetas y riquezas eran de su nieto Benjamín Agüero. Incluso el mismo Maradona contó sobre cuna de las camisetas que usó contra Inglaterra en el 86 y que hace tres años lució el hijo de Gianinna: “Esa se la regalé yo. Un día le mostré a Benja que el Babu le iba a regalar una. Y él me dijo: ‘Quiero esa, babu’. No es ningún bo… para elegir, je…”.

La batalla legal llegó a tal nivel de virulencia que, en agosto de 2019, la Justicia supo ordenar un allanamiento en la casa de Villafañe en Villa Devoto para constatar el estado de los objetos, luego de que no llegaran a un acuerdo. Este año, luego de una nueva intimación y con la presencia de los abogados de ambas partes, realizaron una evaluación de alrededor 200 de los artículos.

La batalla continuó con un nuevo pedido del círculo íntimo del Diez exigiendo ver el resto (por ejemplo, la citada casaca del 86), que fue respondido negativamente, dado que del lado de Claudia entendían que ya habían cumplido con la orden judicial.

Infobae tuvo acceso a las fotos y videos de dicho momento, y los tesoros son de alto impacto para todo aquel que se precie fanático del fútbol y de Maradona. ¿Qué se puede encontrar en la recorrida? Desde el reconocimiento que le entregó la FIFA por haber sido elegido por los aficionados como el mejor jugador del siglo anterior, pasando por plaquetas que le fueron entregando a lo largo de su trayectoria; una de las camisetas que utilizó en el Mundial de Estados Unidos 1994, ejemplares de su último paso por Boca, varios icónicos de su etapa en Napoli y medallas de diferentes títulos, entre otras perlas.

Pero hay más en los contenedores plásticos en los que están clasificados los artículos: casacas que Diego cambió pertenecientes a grandes estrellas de los 70, 80 y 90; por caso, la del Milan perteneciente al neerlandés Ruud Gullit. También botines que obraron como guantes del pie izquierdo mágico del Diez. ¿Incluídos los que utilizó en México 86? No. Según pudo averiguar Infobae, el calzado de aquel torneo que todavía conservaba la familia del enganche se desintegró por el paso del tiempo.

Los más de 400 tesoros en poder de Claudia Villafañe tiene una connotación especial por haber quedado dentro de una disputa judicial, pero no son los únicos que dejó Pelusa. Existen gemas que pasaron por sus manos en distintos rincones del mundo. En una baulera de la localidad de Béccar, ya bajo la tutela del administrador Sebastián Baglietto, están los bienes que Diego mandó traer en un contenedor desde Dubai, donde residió más de un lustro. Allí se pueden encontrar, por ejemplo, una carta de Fidel Castro, la guitarra con la que Andrés Calamaro le compuso una canción, indumentaria, los sillones que le regalaron los jeques y premios, entre otras cosas.

Pero también quedó un container similar en Emiratos Árabes. Y en la casa que Fidel Castro le cedió al ex capitán de la selección argentina en el coqueto barrio Miramar de La Habana hay un altillo repleto de recuerdos, sin contar las paredes de la propiedad, que Diego utilizó como lienzo para escribir frases, reflexiones y dibujos de su autoría, copiando la idea de su amigo el músico Charly García.

Y en la vivienda del barrio privado Campos de Roca de Brandsen, a la que también ya tuvieron acceso Baglietto y Dalma Maradona, el Diez dejó su “altar” en el salón. Se trata de una de las paredes; la que tiene como punto focal el hogar. Allí, el astro colocaba retazos importantes de su vida y su carrera, elementos de valor sentimental, muy especiales para él.

En el estante sobre la chimenea, por ejemplo, reposaba una réplica de la Copa del Mundo que Maradona alzó en el Mundial de México 1986 y que para cada nuevo visitante representaba un imán. Pero el anfitrión no a todos le permitía tocarla. Como patentó el ex capitán albiceleste, “hay muchos que hablan y no saben cuánto pesa la Copa del Mundo”.

Las paredes también ostentaban un regalo del Indio Solari. El músico, ex líder de los Redonditos de Ricota, le había obsequiado un cuadro, que tenía una dedicatoria profunda, con el sello del artista, y su rúbrica. Las fotos asomaban aquí y allá, como diapositivas que recorrían cada suspiro de la leyenda. Abundaban las imágenes familiares, con sus hijos, hermanas y hermanos, con doña Tota y Chitoro, por separado, y juntos. También cuadros, dibujos, que le iban haciendo llegar a los fanáticos, y si por uno u otro motivo tocaban su corazón, quedaban ahí, en exhibición.

En cada lugar, retazos de historia. Una línea de tiempo que permiten repasar distintos momentos de la vida del astro. La diferencia es que los 400 artículos en manos de Claudia representaban un botín tironeado entre las partes. Infobae se propuso abrirle la tapa al cofre que tanto tironearon. Y, claro, vale la pena…

LAS FOTOS DEL M– USEO QUE ESTUVO EN DISPUTA

Camisetas del Napoli y de otros clubes completan los contenedores de plástico en los que están archivaos los tesoros
Banderines varios; en este caso, del Sevilla y de Argentinos, con firmas del plantel de época
Banderín del Mundial 82, el primero de mayores al que concurrió
Casaca que usó en el Mundial del 94, en el que brillaba hasta que le “cortaron las piernas”
Otra postal de casacas, el elemento más repetido entre los más de 400 artículos
Más regalos y trofeos que forman parte del museo
Camiseta de Boca de la marca Olan de 1995, otra perla de la colección
La casaca de la selección, en la cima de la pila de casacas
El detalle del número 10 en la camiseta que usó en el Mundial 94
El escudo del Napoli en uno de los mantos sagrados del Sur de Italia que supo entronizar
Una de las medallas que engalanan el museo
Banderín del Napoli de la temporada 86/87
En la colección abundan los botines que usó Diego: los del 86, según sus poseedores, se desintegraron por el paso del tiempo
Varias de las casacas que Diego fue cambiando en su paso por el fútbol. Muchas pertenecieron a grandes estrellas, como Ruud Gullit
Entre los tesoros también incluyen cartas de fanáticos, federaciones y testimonios de cada paso de Pelusa
Las medallas, testigos del reconocimiento al Diez

Más plaquetas y trofeos que recibió como reconocimiento
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