Los niveles de producción de petróleo de Venezuela, que en décadas recientes gozó de la fama de ser “la Arabia Saudita” de América por sus millonarias reservas de crudo y la robustez de su industria, han descendido a registros jamás vistos en los últimos 85 años.
Por Gustavo Ocando Alex / voanoticias.com
El país suramericano produjo 393.000 barriles al día en junio según reportó el boletín mensual de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP).
La cifra representa una disminución de 180.000 barriles en comparación con mayo y de aproximadamente 2.936.000 barriles al cotejarla con las cuotas de diciembre de 1998, cuando Hugo Chávez asumió la presidencia.
De acuerdo con fuentes secundarias, la OPEP informó en su reporte oficial que Venezuela produjo 356.000 barriles al día, es decir, 199.000 menos que en mayo.
Sumido en una profunda crisis económica y política, el país tuvo la reputación de ser el primer exportador y el segundo productor de crudo del mundo.
La Agencia de Información de Energía de Estados Unidos, incluso, estima que Venezuela posee las mayores reservas de crudo del mundo, con 303.000 millones de barriles, por encima de Arabia Saudita, Canadá, Irán, Irak y Kuwaitt, y seis veces más grandes que las de Estados Unidos (47.000 millones).
El último boletín de la OPEP confirma, sin embargo, que Venezuela ha dejado de ser un competidor natural en el mercado petrolero mundial. Semejante desplome tiene su explicación en una larga lista de razones vinculadas a lo político, lo económico y lo coyuntural, según expertos consultados.
“Venezuela es temporalmente un productor marginal de petróleo”, opina en entrevista con la Voz de América José Toro Hardy, economista de la Universidad Católica Andrés Bello y exdirectivo de la estatal PDVSA.
Explica que la caída paulatina de la producción petrolera coincidió con el despido, entre 2002 y 2003, de 20.000 trabajadores de la industria por parte del gobierno de Chávez, por haberse sumado a un paro laboral en su contra.
“La industria despidió un acumulado de 300.000 años de experiencia y de conocimiento”, apunta.
Toro Hardy resalta que el aumento de los impuestos a las actividades petroleras, del porcentaje de regalías al Estado venezolano y la participación del gobierno en las empresas de la industria, en 2008, también favorecieron la caída.
Ideología y sanciones
Rafael Quiroz, economista versado en petróleo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, incluye entre las causas la falta de inversión estatal en mantenimiento de plataformas y taladros, con particular acento desde 2008.
Menciona, además, la ausencia de inyección de recursos públicos y privados en proyectos de exploración y explotación, y el cambio de la finalidad de PDVSA.
“Le asignaron una serie de misiones, como la de comprar y vender comida o construir casas, que no son propias de ninguna industria petrolera seria. Para eso, está el resto de la estructura del Estado venezolano”, explica a la VOA.
La disminución de la producción comenzó a notarse en los reportes de la OPEP desde 2004, explica Quiroz. “Fue leve hasta 2008, mucho más pronunciada en los últimos seis años y más marcadamente en los últimos tres”, observa.
Quiroz puntualiza que los 393.000 barriles diarios de junio son semejantes a la producción de Venezuela entre 1935 y 1936, cuando dejó de gobernar el general Juan Vicente Gómez, solo dos décadas luego de su irrupción en el mercado.
Tanto Toro Hardy como él, subrayan como razón importante del derrumbamiento las sanciones de Estados Unidos contra Petróleos de Venezuela, primero en 2011 por sus operaciones con Irán y luego, en 2019, para cercar económicamente al gobierno en disputa de Nicolás Maduro .
Según Quiroz, las restricciones económicas de la administración Trump han ejercido un efecto más perjudicial que la propia pandemia de la COVID-19.
“Con sinceridad académica y sin pretender defender al gobierno para nada, las sanciones han colocado a PDVSA en una situación dramática”, apunta.
La firma estadounidense Baker Hughes reportó el mes pasado que Venezuela no tenía ningún taladro petrolero operativo, cuando a finales del siglo pasado tuvo hasta 119, recuerda Toro Hardy.
“Esto no ocurría desde 1913, cuando Venezuela tuvo su primer pozo petrolero exitoso. Para colmo, con las sanciones, se llenó la capacidad de almacenamiento de tanques en el país. Está copada”, advierte.
Nómina, corrupción y abandono
El atiborramiento de la nómina de Petróleos de Venezuela tras los despidos masivos de 2002 es otro motivo de la caída de la producción, opina Iván Freites, secretario de la Federación de Trabajadores Petroleros de Venezuela.
“La inclusión masiva de personal en PDVSA sobrepasó todos los límites previstos en una nómina petrolera. Llegamos a tener 160.000 trabajadores. Hoy son 143.000”, afirma en conversación con VOA Noticias.
La designación de militares o políticos en la directiva de PDVSA favoreció la imposición de criterios ideológicos antes que técnicos, añade. La corrupción, considera, es otra explicación de la raquítica cuota de 393.000 barriles diarios.
“Hay decenas de gerentes presos por usar buques y tanques del Estado para sus beneficios personales. Otros, como Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA, están huyendo” de la justicia en el exilio, dice.
Freites anticipa que el próximo boletín de la OPEP reflejará una producción aún más mermada que la de junio. Según el vocero sindical, las áreas operativas de la industria petrolera venezolana están prácticamente desiertas.
“En los edificios administrativos, no hay nadie. Le encomendaron a un solo trabajador que cuidara y resguardara todo Campo Boscán. Ya Venezuela no es un país petrolero. Su empresa matriz está destruida, sin personal calificado, manejada de una manera gangsteril, mafiosa”, denuncia.
Quiroz acota, por su parte, que las cifras oficiales de producción en Venezuela son ligeramente más elevadas. El ministerio de Petróleo venezolano estima su producción en 456.000 barriles, precisa, pues la OPEP no considera las cuotas de crudo no convencional, condensados y productos líquidos y gas natural.
A su juicio, Venezuela “es y no es” una potencia petrolera. “No lo es en tanto a las circunstancias dramáticas que atraviesa PDVSA. Lo es en cuanto al potencial que tiene, por la capacidad instalada de producción, de refinación. Nosotros tenemos los mismos yacimientos y las mismas reservas certificadas”, apunta.
Aunque difiere de la cantidad de reservas petroleras de Venezuela citada frecuentemente por sus colegas dentro y fuera del país, refiere que existe potencial para recuperar la producción petrolera tras “un viraje”.
Toro Hardy refrenda la opinión. “Venezuela tiene reservas, infraestructura, aunque muy dañada, una posición geográfica inmejorable y las refinerías de Citgo en Estados Unidos para comenzar a recuperar su producción”, evalúa.
La recuperación, sin embargo, tardaría entre 8 y 10 años con una inversión aproximada de 25.000 millones de dólares del sector privado cada 12 meses.
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